Es necesario que tengamos en cuenta que hablar sobre el área sexual trae un sin fin de subtemas, pues es completamente amplio hablar sobre las relaciones sexuales.En el cristianismo nos enseñan a que tenemos que "guardarnos" hasta el matrimonio, pero ¿Guardarnos realmente de qué?, Muchos hablan de "guardar el corazón" pero realmente el "Guardarnos" va mucho allá de lo que se cree.
Tenemos que estar claros que en la época en la que vivimos, hay una sociedad que cambia constantemente, y el sexo y las relaciones interpersonales no pasan por alto este cambio, pues han pasado a estar en un plano tan irrelevante en dónde solo se busca la satisfacción unilateral, predominando en sí el egoísmo; es por ello que vemos a muchas personas (tanto jóvenes como adultos) que día tras día tienen una historia diferente con una persona diferente, para solamente disfrutar de su juventud o vivir el momento.
Pero, ¿Por qué pasa esto?, El ser humano tiene la necesidad de "compartir su vida con alguien más" (génesis 2:18), de sentirse amado, solo que esto lo buscan a través de acciones erróneas que van destruyendo su vida sin ellos darse cuenta y sin fijarse en las consecuencias futuras que su comportamiento liberal puede acarrear (un ejemplo claro lo vemos en 2 Samuel 11-13). Lastimosamente, y como dijimos al principio, en esta sociedad tan cambiante , no se tiene RESPONSABILIDAD respecto al amor sexual; todo se basa en lujuria, autocomplaciencia y caprichos, fijándose solo en sus deseos momentáneos.
Ahora analiza y medita por un momento, sobre ¿que tipo de pensamiento estás teniendo sobre el amor sexual?. Desde mi punto de vista, el compartir el amor y la intimidad sexual dentro de la "reciprocidad" de una relación madura trae a cabo una fuente rica en romance, deleite, moderación, deseo, placer y sobretodo seguridad; puesto que este es realmente un don de Dios consolidado en el matrimonio y que permanece en el, que tristemente (y como todo el la vida) se ha visto impregnada por el pecado.
Mi consejo respecto a esto: se honesto.
Seamos honestos con nosotros mismos sobre nuestras acciones, y pensemos antes sobre las consecuencias que podamos generar, dejemos de ser egoístas y seamos conscientes, pues el amor sexual más allá de la satisfacción que se pueda tener, es un regalo que Dios nos dió para guardarlo y mantenerlo con esa persona especial (cantares 4).