Capítulo uno.

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¿Como había llegado a esa situación?

¿Destino o mala suerte?

No lo sabía, pero quería huir y escapar de aquel automóvil en el que lo habían metido en contra de su voluntad. A pesar de no saber que sucedía, mantuvo la calma... Deseando con todos sus fuerzas que todo lo sucedido fuera una mala jugada de su mente, de su imaginación, un mal sueño o simplemente un vago pensamiento perdido en su mente.

No es una pesadilla... Y él lo sabe muy bien.

Quiere escapar, huir, pero no puede. Sus manos están tras su espalda, esposado, se había intentado resistir y gracias a ello ahora tenía aún mas apretado aquel frío metal que le impedía el movimiento normal de sus brazos.

Aquel auto en el que era transportado, tenia unos asientos color gris y una especie de rejilla que no le permitirá pasar las manos hacia los asientos de enfrente. Era manejado por dos hombres uniformados, supuestamente defensores de la ciudadanía, de la Justicia y personas inocentes. Si eso era así... ¡¿Por que carajos él estaba siendo tratado como un criminal?!

—No tuviste oportunidad de escapar jovencito, basura. —suspiro —¡Vaya que ni por la cabeza me cruza que pecado cometió aquel chico! —dijo aquel hombre  uniformado que iba de copiloto en aquel auto que pasaba rápidamente por las calles semi-vacías de aquella ciudad, su ciudad.

—Seguro fue algo pasional ¿no?—hablo el oficial al volante. Era de piel oscura y un extraño color de ojos que pudo notar como grises.

—No entiendo nada señores. —hablo con sinceridad el joven esposado. Los oficiales rieron cínicos.

—¿A caso crees que nacimos ayer?

—No. —contesto frustrado. Su paciencia y esperanzas estaban acabando lentamente.

Wang Yibo solo había salido a caminar como todas las noches, eso era lo que lo relajaba después de un largo día de universidad y trabajo en la empresa de su padre, empresa que apenas comenzaba a dar frutos. Su familia había quedado en prácticamente la banca rota después de un fraude cometido por el mejor amigo de su padre. Era muy difícil confiar en las personas, su padre siempre se lo dijo, mala sea su suerte al tener tal escoria llamada "amigo".

Maldito sea el momento del que él decidió confiar... En la persona equivocada. Hacia cuatro años de aquello, todos los lujos y comodidades solo atinaron a decir "bye bye, familia Wang". Menos mal su padre tenían un último recurso e idea, que a la vista fue muy prometedor y dio esperanza de nuevo, en levantar aquella empresa una vez mas, en un par de años más volverían a tener todo lo que les dijo adiós hace cuatro años, eso era seguro.

—Aquel chico si que era apuesto, se pudo ver en su rostro. —dijo el Moreno con lástima.

—Eso mismo note, pero se hará justicia. —después de decir esto el copiloto miro al castaño con ojos cargados de rabia.

El resto del camino surgió en silencio con mil y un preguntas en la cabeza del presunto culpable, Wang Yibo.

Pero... ¿culpable de qué?

 ¿culpable de qué?

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La muerte de Xiao Zhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora