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Hwanwoong se había apresurado a llegar a su departamento, soltó sus cosas en el suelo de la recámara y se dejó caer a la cama, sorbiendo su nariz mientras las lágrimas aún recorrían su rostro.
Sobre la blanda superficie, buscaba consuelo entre las sábanas, mirando el techo con la vista nublosa intentando no recordar más aquella escena.

No fue consciente de el momento que cayó dormido, entre esos pequeños sollozos.
La semana comenzaba a llegar a su fin y el rubio pasó esos últimos dos días con Seoho, antes de que el fin de semana llegara.

Charlaban de temas escolares e incluso se inspiraron la confianza suficiente como para contarse algunas cosas, como los colegas lo hacen. Lo cierto era que Hwanwoong no acostumbraba interesarse por hacer amigos, pero su amistad con Lee le vino bien para distraerlo de aquel amargo sabor de boca y ya no lloró gracias al contagioso estado anímico del mayor.

Así, su semana acabó trayendo el sábado después y Yeo tomó la decisión de visitar a su hermana.

Se puso de pie, abandonando su pereza y poniéndose ropa decente para visitar aquella casa. Si bien, su relación era buena pero no solían visitarse a menudo, más justo en ese tiempo Hwanwoong necesitaba distracción.

Decidió caminar tranquilamente hasta la casa de la mayor, fijando su atención en la ruta. Los frondosos árboles, algunos niños jugando alegremente en el parque que estaba rumbo a su destino y alegres viejecitos jugando ajedrez. Contemplando aquello a su alrededor, llegó a tocar la puerta con una alegre sonrisa.
Su hermana salió de inmediato para recibirlo, sus sobrinos se regocijaron ante su presencia y toda la tarde se fue en juegos, animadas pláticas y bromas entre los infantes en compañía del rubio.
La hora de la cena llegó, cerca de concluir la visita con una velada llena de júbilo y chistes malos en la mesa.

Ha-neul insistia en llevar a casa a su hermano menor, pero éste se negó rotundamente diciendo que le haría bien el fresco de la noche para pacificar su mente. Entonces después de una larga despedida salió de la casa con una sonrisa, tras la promesa que le había hecho a su hermana de llamarle en caso de que algo raro estuviese pasando.

Ahora se encontraba caminando por las iluminadas y poco transitadas calles cercanas a su vivienda hasta que justo frente a su edificio vio una oscura silueta de pie inspeccionando aquella estructura.

"¿Qué demonios haces aquí?." cuestionó con indiferencia pues sabía de quién se trataba. El más alto retiro la capucha de su delgado suéter y fijo la vista en quien lo había interrogado, apartandola al suelo casi de inmediato al notar las rosadas mejillas de Hwanwoong por culpa del frío clima.

"Quiero hablar contigo." respondió seguro el azabache.
Con esa oración, Yeo se dio cuenta de algunas cosas.

Notó el aliento a alcohol proveniente de YoungJo. Sus temblorosas manos y su cabello desordenado a simple vista gracias a la luz de la luna.
También se dio cuenta de que seguía siendo débil ante esos profundos ojos, que su corazón quería saltar a pesar del dolor y que su mente le daba malas jugadas con todo lo que él moreno podría decirle.





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Seguimos en maratón uwu

Muy cerca del final:3
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–Lali🎈

𝑭𝒆𝒂𝒓𝒍𝒆𝒔𝒔; 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈𝑾𝒐𝒐𝒏𝒈 [Terminada]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora