DOCE

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MARATÓN 3/3
8:40am

Solo habían pasado seis horas de lo ocurrido. Estábamos de camino al aeropuerto, tenia los audífonos puestos y escuchaba música lenta. Miraba las gotas de lluvia caer por la ventana, hacía frío. En un tiempo llegaríamos a una temperatura de menos cero.

Por otro lado, Liam no me había dirigido la palabra en todo el camino. Louis, intentaba comprender lo que me pasaba, decía que Liam solo me protegía, que todo estaría bien, pero no. Nada estaría bien.

Mis papas, habían salido de viaje hace tiempo... tal vez una o dos semanas.

Llegamos al aeropuerto y Louis nos ayudo a bajar las maletas. Vi esa cabellera rubia, que extrañaría tanto, correr hacía mi.

-¡Juliet!-Corrí hacía ella y la abracé-.
-¡__! ¿Por qué no me dijiste que te ibas?-Dijo con ése acento francés tan hermoso que tenia.
-Perdóname en serio... Ni siquiera yo sabia que me iba-.
-Oh, yo tengo algo que decirte... Yo -Suspiro.-Regresaré a Francia un tiempo, y casi no vendré a Doncaster, regresare en un tiempo. ¿Seguiremos siendo amigas?-.
-¡Oh Juliet! Te extrañare mucho...-Las lágrimas salían y salían de ambas.-Ahora, tengo qué irme, te llamare apenas llegue a Londres-.
-Esta bien-. Miro al suelo.- ¡Oh amiga te extrañare tanto!- Exclamó y me dio un abrazo.
-Ya me tengo que ir Juliet...-Las lagrimas amenazaban en salir.- Juliet, adiós.-
-Adiós, llámame en serio.- Se dio la vuelta y se fue.

Me di la vuelta y camine hacia los chicos.

-Los espero adentro.-Dijo Liam y entro al aeropuerto.

Me dirigí a Louis y me lance a sus brazos.

-TE AMO.-Dije y no pude pronunciar mas palabras ya que estaba llorando.
-No llores __...- Me correspondió el abrazo..
-Louis... creo que esto es un adiós.-Seque mis lágrimas.
-Nunca digas adiós, porque adiós significa no volver, y no volver significa olvidar.-Dijo mirándome a los ojos.
-¿Donde escuchaste eso?- Solté una leve risa.
-Peter Pan.-Solté una carcajada.
-Nunca cambiarás.- Reí.- Bueno.. entonces hasta luego.-
-Hasta luego...- Me miro y se acercó lentamente a mi.-Te amo.-Me dio un corto beso.

Camine a la entrada sin decir palabra, y voltee a verlo. Alcé la mano en forma dé despedida y el hizo lo mismo. Entre por esa puerta.

Nueva vida.

Otra vez.

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