Eran las 6:30am, el cielo de la bella ciudad de Los Ángeles se pintaba con bellos tonos morados y naranjas. En alguna parte de Santa Monica, vivía una bonita pareja, Guillermo y Samuel, que ya llevaban casi un año de relación. Solían despertarse a las 6am para ponerse en marcha con su trabajo, pero hoy harían una pequeña excepción, a causa de ese pequeño dia libre que se dieron, y ademas, la noche anterior no habían descansado muy bien por permitirse disfrutar de su sexualidad.
Estaban en la habitación de Samuel, los dos descansando tranquilamente, el mas pequeño sobre el pecho de este.
Poco a poco los rayos solares invadieron la habitación, golpeando contra el rostro del menor, que no tardó mucho en despertar, maldiciendo al Sol por haberlo despertado temprano en su primer día libre en tanto tiempo.
— Ya deja de decir groserías chaval — dijo el mayor apenas despertó, rodeando la cintura del menor— Ya no tienes que sufrir, ya desperté
— Que egocéntrico — riendo y dándose vuelta para observarlo — buen día
— A ti — besándo sus labios — ¿Cómo te sientes?
— Y la verdad es que quiero apagar el jodido Sol, me cago en él y su luz — causando risas en su pareja
— Sabes que no me refería a eso — con una sonrisa — Puedes levantarte y correr la cortina, ¿Sabes?
— No quería separarme de ti — abrazándolo más fuerte
— Es que es tonto — posándose sobre él y comenzando a besarlo. Definitivamente, este sería un buen día.
