Capítulo 3

1.1K 67 52
                                    

Camila.

La sensación de agua caliente chocar contra mi fría piel se siente exquisita, las gotas caer sobre mi pelo e inundar mis oídos de el persistente sonido me hacen sentir relajada, cada músculo de mi cuerpo deja la tensión para adaptarse a una sensación de calor descontracturante. Un suspiro largo y profundo sale de mis labios, envuelta en el efímero momento de placer en el que el agua —más caliente, gracias a que cierro un poco más la corriente fría— choca de lleno contra mi cuello.

No me apresuro en lavarme el pelo, ni en pasar jabón por mi cuerpo con rapidez, ya que al ser domingo no me toca trabajar ni hacer nada, por lo que tengo todo el tiempo del mundo. Sin embargo, ya es hora de salir de la ducha, hace más de una hora que me encuentro bajo al agua, y temo que en cualquier momento se termine su temperatura tan perfecta para dar lugar a una helada. Cierro las canillas, para luego abrir la cortina mientras mis manos toman las toallas y cubren mi cuerpo colorado por las fuertes temperaturas.

Al salir de el baño, envuelta en la toalla y con el pelo húmedo y suelto, veo como una figura se remueve bajo las sábanas de mi cama, gruñendo por lo bajo. Bufo y me acerco a pasos cansados para observar fijamente a el tipo que se encuentra en mi cama: mi conquista de una noche.

La noche del sábado había sido noche de boliche con amigas, Luisana, Jazmín y yo habíamos organizado juntarnos todas en el departamento de Luisana para hacer una previa todas juntas, y partir desde ahí al boliche de siempre: Infierno. Fue una muy buena noche, entre alcohol, música estruendosa y bailes frenéticos que surgían en el momento, un chico captó mi atención, él bailaba con su grupo de amigos que eran cuatro —contando a el chico— para ser específica. No recuerdo los nombres de cada uno, sólo de el que volvió conmigo. Joel se llama.

Las chicas y yo pasamos lo que restaba de la noche con los cuatro amigotes, mientras que cada una parecía fichar a uno de el otro grupo. Ellos también parecían mirarnos de más a alguna en especial. Luego de algunos tonteos y más alcohol para nuestros organismos, cada uno se fue por su lado. Luisana y Jazmín fueron con sus chicos de una noche a los departamentos de ellos, mientras que yo invité a Joel a mi departamento. Su otro amigo quedó colgado, pero bueno, son cosas que pasan.

Debo admitir que pasamos una muy buena noche, el sexo estuvo buenísimo, y luego de haber tenido un excelente orgasmo, me di cuenta de que eso era lo que necesitaba después de mis primeros cinco días recargados en el trabajo. Pero la luna ya desapareció, y hoy es otro día, por lo que no quiero a perezosos que cojen bien en mi cama a ésta hora. La magia de la atracción terminó en el momento que desperté.

— Che, dormilón — llamo a Joel mientras lo sacudo —. ¡Ey, despertate nene! — samarreo su cuerpo bruscamente, por lo que él se despierta sobresaltado.

— ¿Qué pasa? — pregunta, la confusión en su cara y su voz.

— Pasa que ya tenés que irte — arrugo la nariz al sentir su aliento, se nota que recién se despierta, y esto no es una peli en la que los protagonistas despiertan con aroma a menta —. Y podrías lavarte los dientes también, oles a podrido, che.

Él se tapa la boca, avergonzado, y por un segundo me siento mal por tratarlo de ésa forma, pero no puedo callarme, soy muy sincera.

— Perdón — murmura —, pero recién me levanto, viste.

Rodeo los ojos y voy en busca de ropa a mi placard, necesito vestirme. Oscilo entre la gran cantidad de ropa de distintos colores, talles y estilos, pero al final opto por algo cómodo y de entre casa. No tengo porqué vestirme de manera formal e incómoda en mi propia casa. Shorts negros de chalis, remera manga corta con mi talle justo, corpiño celeste y colaless blanca, medias grises y unas crocs negras son mi vestimenta para disfrutar de un domingo conmigo misma.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 28, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Atractiva Destrucción. © |  Historia Corta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora