-3-

3 1 0
                                    


Me quitaron lo que sea que me estaba impidiendo ver y una luz azoto mis ojos , los tuve que serrar para acostumbrarme, vi un hombre en cada esquina del cuarto, solo había una luz y yo estaba debajo de ella.

-que hago aquí?- pregunte seria y calmada ya que mi madre ha dicho que en situaciones como esta hay que  mantener la calma.

-vas a ser nuestro conejillo de indias preciosa-se acerco a mi un hombre de unos 34 años, se paro delante de mi, muy cerca de mi.

-por que yo?-pregunte haciendo contacto visual.

-por que te hemos estado vigilando y eres perfecta para lo que queremos hacer-dijo, mientras acariciaba mi mejía,la aparte rápido y el solo sonrió.

-con que ruda he?- dijo agarrándome fuerte de la mandíbula. 

-yo diría seria- le dije sin inmutarme, la verdad no se de donde saco tanta fuerza de voluntad. 

-déjenme ir yo no he echo nada-le dije al hombre en un susurro sin quitar la mirada.

-no preciosa ademas no solo nos servirás para probar experimentos- me guiño un ojo y se alejo.

-llévenla a el otro cuarto- ordeno

dos hombre se acercaron se pusieron uno a cada lado y me levantaron y me llevaron otro cuarto, este tenia una cama y un baño con una puerta(osea privado) me empujaron dentro no sin antes quitar me la soga que tenia.

-genial ahora si el día no puede mejorar-susurre con sarcasmo, me senté en la cama y subí mis piernas y las cubrí con mis brazos me fui hasta la esquina y ahí me quede mirando a la nada y pensando en todo, mi madre por ejemplo ha de estar muriendo de ansiedad por no saber que me paso, no se que hora es y no tengo nada para comunicarme(obvia mente), ahora que lo pienso y mi bolsón?. estaba por quedarme dormida el mismo hombre de antes entro y cerro la puerta con llave, hay Dios mio.

-te dije que nos divertiríamos-dijo mientras se acercaba, ok ahora si tengo miedo, mucho miedo. Fui retrocediendo hasta que choque con la pared, y en ese memento me puse a rezar hasta al dios mas rebuscado que me sacara de ahí,pero ya.

-aléjate-susurre ahora no era momento de estar calmada.  

-oh no preciosa,tengo necesidades y tu te vas a encargar de satisfacerme-dijo ya enfrente de mi,Dios mio, para este entonces yo estoy temblando del miedo.

-no, no por favor-le suplique con un nudo en la garganta.

el solo rió y esa risa me causo escalofríos,me tomo la pierna y me empujo hasta el, me agarro un brazo mientras yo le lanzaba patadas intentando alejarlo,se subió encima  de mi  y empezó a besarme el cuello, me quise apartar lo máximo posible pero me tenia sujetada muy fuerte, y ahí supe que ya no podía salvarme.


llegar hasta ti. -steve rogers-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora