Amor En Medio De Una Guerra. 🌹

Capitalo 4 : Amor Perdido 💔

Estaba oscuro, la escasa luz de la luna destacaba los bordes adornados de la piedra y los pocos muebles que salpicaban la habitación. Con la respiración contenida, Zeldris esperó, su pulso se aceleró bajo su piel mientras caminaba lentamente por la habitación del rey. Él había prometido que vendría hoy en día, cualquier obstáculo que puso en el camino, y que lo intente Zeldris podía sentir su necesidad para la toma de hombre sobre su propia existencia.

Era casi aterrador, la forma en que Arthur se había convertido en una parte tan integral de sus pensamientos tan rápidamente. Ahora era imposible imaginar la vida sin él, por peligrosas que habían sido sus reuniones. Por mucho que intentara convencerse a sí mismo de que estaban a salvo de ser detectados, la presencia de Estarossa y su percha era una amenaza definitiva. Su hermano había revivido recientemente de su coma, y ​​el duende que lo seguía como una ovejita ya no estaba pegado a su lado. Los nuevos intrusos a Camelot fueron un problema grave. Peronia en particular era una espía competente ...

"¿Un centavo por tus pensamientos?" La voz familiar flotó en el aire y Zeldris se dio la vuelta, su inquietud instantáneamente se convirtió en nada. Arthur estaba en la puerta, con la cabeza inclinada hacia un lado y los labios curvados con su sonrisa. Mientras miraban a los ojos, el rey entró más en la habitación, pateando la pesada puerta que se cerró detrás de él.

"Pareces perdido", susurró Arthur mientras se acercaba y Zeldris sintió que se le cortaba la respiración. ¿Cómo podría alguien ser tan hermosa? "¿Qué es? Puedes decirme -continuó el rey, con el ceño ligeramente fruncido. "¿Es por nuestra resistencia?"

"No, en absoluto", respondió Zeldris, obligando a las palabras a pasar el nudo en su garganta. "Este es tu reino. Tienes que luchar por ello, no esperaría nada menos.

"Sin embargo, tengo que decirte que hay peligro", admitió Zeldris cuando Arthur lo abrazó. "Estarossa está aquí".

"¿OMS?" Arthur murmuró y Zeldris no pudo contener un gemido cuando los labios del rey presionaron contra su oreja antes de bajar a su mandíbula. Había deseado esto por tanto tiempo. Arthur se había mantenido alejado de él durante muchos días y la necesidad de ceder ante sus atenciones era abrumadora. Pero el rey estaba en peligro. Estarossa podría comenzar a explorar la ciudad en cualquier momento y la forma en que trataba con los humanos no sería misericordiosa.

"No, escucha". Zeldris se retiró de mala gana, colocando su mano sobre el hombro del rey. "Es una noticia extremadamente mala. No quería traerlo aquí, pero no tenía otra opción, no después de esa ... cosa , Escanor o como se llame ... "

"¿Qué?" Arthur ladró, sus ojos repentinamente serios. "¿Escanor dijiste? ¿Dónde le viste? ¿Cuando?" Las preguntas llegaron en un staccato urgente y Zeldris suspiró, acercándose a la cama y tomando asiento. Lo último que quería hacer era discutir la batalla en Liones, pero sabía por experiencia cuando el rey no sería disuadido. Arthur se sentó a su lado, sus hombros se tocaron mientras se preparaba para transmitir la noticia.

"En Liones". Zeldris sintió que sus manos se apretaban a los costados, sabiendo que lo que tenía que decir necesariamente sonaría feo. "Mi, digamos colega, ha estado encontrando la subyugación de esa ciudad casi imposible. Pidió nuestro apoyo ". Arthur asintió y la mano del rey se movió hacia la suya, sus dedos se entrelazaron lentamente.

Arthur le apretó la mano. "Está bien", murmuró. "Admito que no entiendo de qué se trata todo esto, pero sí sé que no tienes otra opción. Es obvio -continuó, su sonrisa amplia y cálida. "Solo dime qué pasó, por favor".