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—¿Entonces ya no puedo hacer nada para que cambies de opinión?— preguntaba un resignado rubio, a su madre.

—No Jimin, será bueno porque podrás convivir con más jovenes de tu edad y harás amistades. No siempre te ibamos a educar en casa.— responde decidida.

Jimin bufa— Siempre me ha funcionado lo de educarme en casa, puedo vivir así— Insiste.

—No, no y no. Seojoon, ¡dile algo a tu hijo!

—Nuestro— aclara el señor Park— Jimin vas a poder hacer amistades, piensa que tendrás amigos para divertirte.

—¡Nadie va a querer ser amigo de un chico como yo! Muy a penas podré transportarme solo por la escuela— grita, frustrado.

A decir verdad, el gran miedo que tenía Park Jimin era ese, que nadie quisiera acercársele por estar en silla de ruedas. Temía pasar sus recesos solo como había visto en varías películas que a veces pasaban en televisión. Él quería hacer amigos pero dudaba poder hacerlos en su condición.

Sus padres se quedaron callados ante el comportamiento de su hijo, pero lo entendían. En esos pocos minutos Jimin se puso a razonar sobre que sus padres lo hacían porque querían lo mejor para él y él estaba siendo un malagradecido.

—Perdón— dice cabizbajo— está bien, será una buena oportunidad.

Sus padres se miran entre sí y sonríen— Vamos a subirte al auto— dice alegremente la señora— Amor sube la mochila de Jimin.

Ambos empujan a Jimin en su silla para el patio, subiendolo al auto. Era algo normal que ya habían hecho un sin fin de veces.

El camino fue agradable, la madre de este le contaba anécdotas de cuando estuvo en secundaria, Jimin solo rogaba al universo para que haya gente buena que no lo vieran raro.

—Jimin recuerda que hoy viene la fisioterapeuta. Vendremos por ti a la una que es tu hora de salida.— decía mientras su esposo estacionaba frente a la escuela.

Con cuidado ayudaron a bajar a Jimin, ganandose miradas curiosas de varios estudiantes. Jimin trató de ignorarlos.

Dieron marcha hasta la oficina del director, agradeciendo que la escuela tuviera rampas que facilitaban el traslado de gente en silla de ruedas.

La secretaría les dejo pasar y estos tocaron la puerta de la dirección hasta que se escuchó un "pase".

—Buenos días, tomen asiento.

Los padres de Jimin se sentaron en las dos sillas que estaban frente al escritorio, donde al otro lado estaba la autoridad de la escuela.

Jimin movio su silla, rodando las llantas para acercarse.

—Bang Sihyuk, un placer.

—Park Seojoon.

—Park Taehee.

—Park Jimin.

Estrechó las manos de los presentes, saludandose.

—Es un gusto por fin conocerlos en persona— habló el director— estabamos muy ansiosos por tener a Jimin en nuestra escuela.

El rubio sonríe, timido.

—El gusto es nuestro— habla el padre de Jimin— nosotros queremos lo mejor para nuestro hijo y oímos cosas muy buenas de esta escuela.

—Tenemos un programa de integración a alumnos con capacidades distintas, brindandoles herramientas para facilitar su estudio— explica— Jimin, ¿necesitas ayuda para moverte entre clases?

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2020 ⏰

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