Green Tea

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Deku la siguió, sin imaginar que sucedería o dode irían, solo quería perderse con ella. que alguien por fin le diera importancia ya era un gran logro y lo hacía sentir valorado. La mano tibia de Uraraka sostenía la de el mientras corrían por un callejón oscuro, ¿ha me lleva? Se preguntó mentalmente.

Uraraka se detuvo, izuku suspira jadeando sudoroso por haber corrido tanto.
Levantó la mirada y vio una gran casa elegante, al parecer era ahí donde vivía uraraka. Pero algo de todo eso le daba una mala sensación, ¿el siendo invitado a la casa de una chica? No. Imposible, no creía que fuera para algo bueno, si se trataba de el algo saldría mal.

—¿Quieres entrar?—. Uraraka rompió el silencio que se había formado por lo sorprendido que estaba izuku. Ella sólo quería... otro.

—¿Es-es tu casa?—. replicó el peliverde sin saber que más decir.
Sintió otro jalon en la muñeca. Otra vez era arrastrado por la menor. no se resistió en lo absoluto.

Observaba cada parte de la casa detenidamente, no se perdió ningún detalle, tenía un aspecto ruin y viejo, como si de una mansión elegante pero antigua se tratase. Pero lo que más le llamó la atención fue un armario de madera rojiza, era demasiado grande para ser uno común y corriente, las manijas de las puertas estaban algo oxidadas, parecía como si las hubiera oxidado algun líquido, pero no le tomó mucho interés, pues quería volverse a perder en la mirada de la chica.

Sin darse cuenta, estaba sentado en una mesa igual de vieja que todo lo que había allí, con una taza de lo que parecía contenía té caliente, y a su izquierda un tazón con galletas.

No podía mover ni un músculo, solo veía como uraraka hablaba pero el no lograba escuchar, tal vez sean los nervios, pensó.

— ¿Quieres que te sirva más té?—. Dijo la castaña con tono sereno.

Tanto lo había hipnotizado su belleza que no se dio cuenta cuando tomó cada sorbo de aquella taza. Pero ya era tarde...

Todo se nubló, y sus oídos zumbaban, no sabía que pasaba, esto no podían ser simplemente sus nervios de niño tonto y antisocial.
Sólo pudo ver los labios de uraraka sonriendo, pero no era una sonrisa como las anteriores, era sádica y sensual.

¿que me pasa? ¿estoy demente? ¿es esto un sueño?, Se preguntaba Izuku aún inconsciente en sus pensamientos. ¿que le había sucedido?, Cuando se había vuelto tan débil para soñar una vida al lado de alguien que apenas conocía, realmente era un tonto e inmaduro.

Mientras tanto uraraka sonreía sentada en un gran sofá rojo con manchas aún más rojas, observando el cuerpo desnudo de su víctima, Si. Ella había sido la que echo la sustancia en aquel té, como lo hacía de costumbre.

El chico era algo escuálido y poco fornido, pero no lo importaba, en realidad no tenía un tipo de chico ideal, pero este sería perfecto para entretenerla por un buen tiempo. El no tenía a nadie quien le importara, al menos no en esta ciudad, lo había planeado todo y tenía todo calculado.

Izuku comenzó a volver en sí, pero aún le zumbaban los oídos, y sentía frío, mucho más en la parte baja, se dio cuenta que estaba en el suelo e intento ponerse de pie, pero no lo consiguió, estaba amarrado de brazos a una gran barra de metal, y estaba en encadenado de los pies ¿lo habian secuestrado? ¡¿uraraka estaba a salvo?!.

Recupero completamente los cinco sentidos, y vio a uraraka en frente de el.

— ¡Uraraka! ¿que sucede? ¿te hicieron daño? ¿donde estamos?—. Grito desesperado, no quería que le pasara nada malo a la pequeña chica de la que se había enamorado a primera vista.
Pero ella parecía sin preocupación. Sólo viéndolo fijamente a los ojos con la mirada fria, no parecía ella.

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⏰ Última actualización: Jul 19 ⏰

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Un Estúpido ¿¡ENAMORADO!? 💖《 Izuocha》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora