Prologo

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Hoy era un dia especial en la familia Fernandez. Hoy iba a nacer un nuevo miembro.

Puede que no parezca nada del otro mundo pero en esta familia es muy importante que el primogenito sea eso, un chico. Está familia tiene una tradición que lleva cumpliendose siglos. El primogenito de cada generación tiene que ser chico obligatoriamente, si llega a ser chica no vera la luz de su segundo amanecer. Muchas niñas han muerto debido a esta estreña familia que parece estar anclada en el pasado.

Bueno... centremonos en este dia en el que comenzara a cambiar.

Estaban todos los Fernandez reunidos en la casa de los futuro padres, celebrando el futuro nacimiento. Todos los hombre estaban reunidos en el salon bebiendo y fumando a placer, mientras que las mujeres estaban en el comerdor, pero ellas no hablaban, ellas sabian que en caso de que no fuera un varón la madre sufriria. Porque no solamente mataban a las recien nacidas sino que a la madre la abandonaban a su suerte.

- Margaret ven, rapido - Margaret, asi se llamaba la madre primeriza que estaba en peligro.

Esa voz saco a Margaret de sus pensamientos, con cuidado y siendo ayudada por otras dos mujeres se levanto de la silla y se dirigio al salón donde su marido la había llamado.

El salón tenía una decoración antigua, esos muebles así como la chimenea tenian muchos años.

Desde el salón se podia ver a una mujer con un embarazo muy abanzado vistiendo un fino vestido de verano. Sí, el día en el que naceria el primogenito de los Fernandez era un caluroso día de primavera.

Cuando Margaret cruzo el umbral de la puerta que separaba el salón de la cocina vio a todos los hombres de la familia. Desde el mán anciano que tenia 80 años hasta el más joven que tenia 8.

Un hombre de unos 30 años se acerco a ella y la llevo al sofa más cercano para sentarla. El hombre era rubío con ojos verdes y bastante más alto que Margaret.

Nada más sentarse los demás hombres empezaron a preguntar todo tipo de cosas a los padres primerizos. Cuando les preguntaron como se iba a llamar el niño Margaret no sabia que responder, ya que nunca habian hablado de eso. Pero su marido, que estaba sentado a su lado, dijo con toda convicción:

- Cuando nazca, lo decidiremos entre todos los presentes.

Claro, pero Margaret sabia que eso no la incluia. Las mujeres en esa familia eran tratadas como sirvientas, como esclavas. Ella deseaba con todo su ser no tener una hija nunca, no queria que alguien sufriera lo que ella sufria.

Con un leve movimiento de cabeza por el hombre sentado a su lado Margaret se fue con las demás mujeres. En la cocina todas la miraban con pena y compasión, y ella no lo soportaba más. Por lo que paso de largo la cocina y se dirigio al jardin que llevaba tanto tiempo cuidando. Se sento en el banco que había entre un gran cerezo y un pequeño lago. Ese era su lugar favorito para pensar.

Cerca de ahi se podia ver a una persona oculta entre los arboles vigilando todo lo que ocurria en esa familia. Esa persona sabia lo que iba a ocurrir y esperaba que todo sucediera bien.

La sombra entre los arboles hizo un leve movimiento con su mano, y a la par Margaret chillo aferrandose fuertemente a su vientre.

Había roto aguas.

Ya en el hospital se podia ver una sala de espera abarrotada de personas impacientes por el nacimiento. El marido de Margaret, Rodrigo, como mo le habian dejado entrar no podia hacer otra cosa que no fuera esperar.

En el paritorio, Margaret no dejaba de rezar para que fuera chico. En medio de sus plegarias se le acerco un muchacho y le dijo:

- Puedo hacer que tu primogenito sea varón, pero cuando dentro de 18 años vuelva tendras que acceder a lo que yo te pida.

Después de haber oido eso Margaret ni se lo penso, accedio para salvar la vida de su bebe y la suya propia. Habiendo visto que accedia el joven se marcho como si nada hubiera pasado.

Cuando empezaron las labores de parto aparecio un brillo morado que nadie pudo ver rodeando el cuerpo de la madre.

Fuera de la habitación los familiares todavia esperaban, los hombres pensando el nombre del bebe y sintiendose orgullosos de pertenecer a esa familia, mientras que las mujeres rezaban por las vidas que corrian peligro.

- ¿Quien es el padre? - pregunto una enfermera que salio de la habitación. Nada más preguntarlo Rodrigo se acerco a ella.- ¡Enhorabuena! Es padre de un hermoso varón. Ha nacido muy sano y fuerte, cuando acaben de limpiarlo se lo traere.

Nada más irse la enfermera, Rodrigo se quedo estático, no hizo ningun movimiento.

- Rodrigo, ¿Qué pasa?

Rodrigo se dio la vuelta con una gran sonrisa, entonces todos entendieron que había sido varón y repiraron con tranquilidad. La puerta de la habitación se abrio dejando salir a dos enfermeras, cada una llevaba un pequeño bulto arropado en mantas. Las dos se acercaron al padre:

- ¡Felicidades! Son dos hermosos mellizos

- ¿Como? - pregunto aturdido- ¿Son los dos varones?

- No señor, el mayor es varon y a pequeña el mujer.

- Denme a mi el niño y a mi mujer la niña- dijo muy convencido. Las enfermeras se miraron raro pero decidieron no meterse y le entregaron al niño. A la niña se la llevaron con ellas, la madre todavia estaba muy debil como para hacerse cargo de ella.

Rodrigo se acerco a los demás varones de su familia y les mostro orgulloso a su hijo. El más anciano, que habia visto como se llevaban al otro bebe le pregunto:

- ¿Y ese otro bebe?

- Margaret a tenido mellizos, el otro bebe ha sido niña.

Ante esta decaración todos se quedaron expectantes ante la reacción del anciano patriarca.

Al principio el anciano fruncio el ceño pero luego sonrio levemente.

- Bueno, nunca se penso en la posibilidad de mellizos. Asi que, enhorabuena eres padre de dos hijos. - ahora las mujeres suspiraron audiblemente, Margaret habia tenido mucha suerte- Pero eso sí, en el colegio al que vayan nadie sabran que son hermanos. Nuestra familia se caracteriza por tener solo varones y así debe continuar.

- De acuerdo, me parece bien - respondio Rodrigo sin siquiera pensar en que estaba renegando de una parte de él - Y cuando cumpla la mayoria de edad podremos conprometerla con alguien importante.

- Así se piensa, hijo mio - respondio el padre de Rodrigo- me siento orgulloso de como piensas hijo, veo que te he educado muy bien.

- Gracias padre, - acercandose a él le digo- toma agarra a tu nieto, el nuevo miembro de los Fernandez, Christian Fernandez.

- ¡Oh! Hijo mio le has puesto como tu abuelo, que en paz descanse, si te oyera se sentiria igual de orgulloso que yo.

Todoa estuvieron de acuerdo con ese nombre. Después de asegurarse de que todos los papeles estaban en orden y de que podian llevarae al pequeño Christian sin problemas, Rodrigo fue a la habitación de su mujer. La vio sosteniendo cariñosamente a la niña, que dormia. Cuando vio que alguien entraba levanto la mirada y observo a su marido acercarse.

- Margaret, estate tranquila seguiras siendo parte de la familia, tu y la niña. - todo eso lo dijo estando a mas de 3 pasos de ellas - Bueno, ahora me voy mi hijo m esta esperando junto a los demás. Cuando te den el alta ve hacía la casa, allí estaremos.

Después de decir eso se marcho sin asegurarse de que estaban bien, sin acercarse a su hija, sin acercarse a las dos mujeres que supuestamente eran su familia.

Cuando Rodrigo salio por la puerta Margaret comenzo a llorar, se sentia impotente ante la vida que iba a llevar su hija, porque sabia que aunque continuarian con vida la niña no seria tratada como una Fernandez por mucho que lo fuera.

- Tranquiala pequeña, yo te protegere, yo te amare con todo mi corazón, dentro de 18 años todo cambiara ya veras.- dijo no muy combencida de ello pero esperando que asi fuera.

Bueno.... esta es mi primera historia así que por favor denle una oportinidad.
Se despide, Polluelosss ;-)

¿Principe azul? No, gracias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora