Cliché ❥ Taekook

Prólogo

En la ciudad de Seúl se encontraba una de las mejores escuelas, una prestigiada y muy popular. La mayoría quería entra a esa escuela, aunque la preparatoria no fuera a gusto de todos; era un privilegio estar en aquel lujoso instituto.

Dentro de las instalaciones de ese instituto se encontraba Seokjin un chico muy popular, era simplemente perfecto, todos siempre caían rendidos a él, era amable, encantador e inteligente. Cada que entraba siempre se ganaba todas—o casi todas—las miradas posibles al pasar. Era la belleza de la escuela, pero lo que más le intrigaba a la gente era su pareja, jamás lo habían visto con una, así que los rumores no se hicieron de esperar, aunque su popularidad nunca se decayó al contrario se elevó más.

Pero no era el único, también se encontraba Hoseok un chico de menor edad, pero con extravagante apariencia, una sonrisa siempre brillante y era el mejor en el club de baile, popular y recién soltero. Su noviazgo dio fin cuando se dio a conocer la noticia que a nadie le agrada, su novia le era infiel; ella era popular, pero niña mimada, siempre fue la bravucona de la escuela, aunque eso "desapareció" al comenzar su antes noviazgo con Hoseok, pero volvió a las andadas cuando se supo su mentira, su romance con el capitán del equipo de fútbol. Decayendo en popularidad.

Pero por otro lado eso le dio pasó a las niñas hermosas que se escondían porque las llamaban feas, logrando salir del cascarón, luciéndose y dejando a todos con la boca abierta.

Oh, y ni mencionar al chico rudo de la escuela, Yoongi, un rudo de primeras, siempre vistiendo de negro y teniendo una cara siempre con el ceño fruncido, siempre observando a su siguiente víctima cada que caminaba, era muy respetado en esta institución. Aunque los de la vieja guardia sabían que eso solo era un escudó, era él chico más inofensivo del mundo, y era él más tierno y cariñoso según cuentan.

—¿Qué escribes? —preguntó incrédulo un joven de pelo plateado que recién llegaba al salón.

—Oh, ¿esto? —musitó sorprendido él castaño que estaba perdido en la escritura, volteando a ver al portador de esa voz—. Son solo ideas para producir una serie del cliché que me rodea—dijo con eje de burla, sacándole una risa a su compañero que se acomodaba a su lado para las clases.

—¿Y eres el protagonista? —preguntó curioso, mirando al castaño.

—No, que va~—dijo para levantar su mirada de la libreta y voltear a ver a su compañero de frente—. Soy solo un extra.

—¿Un extra? —lo miró confundido—. Si un extra, soy como los que se ponen de adorno y no dicen nada sólo fingen que lo que hacen es normal, a quienes les pagan por actual como ciudadanos—murmuró sin importancia él castaño mirando de vez en cuando al chico a su lado.

—Qué aburrido~

—No importa—dijo afirmando sus palabras y para después brindar una sonrisa—. La serie será un éxito, me voy a hacer famoso.

—¿Quién mira eso? —contestó mientras garabateaba su libreta—. Las adolescentes—habló él castaño mientras jugaba con su lápiz.

—Déjate de tonterías y mejor esperemos a la profesora.

Él castaño miro por última vez a su amigo para retomar su escritura, sentía cada vez más que su vida era una película cliché, todo a su alrededor era así, pero él no era el protagonista, solo era un tonto extra.

Al principio le costó asimilar todo, no se supone que todo siempre es diferente, para él no, era igual, su vida era tan cliché que hasta podía adivinar los siguientes movimientos de los protagonistas, era un guionista en su propia historia.

Y aun siendo el guionista no podía crear diálogo para él, nunca pudo crear un papel especial para sí mismo, solo a los demás.