A lo lejos del camino veía una enorme puerta de alambres y maderas de más de 4 metros de alto cerrarse, y podía leer claramente la palabra NOCLAF: FALCON al revés.
─Vaya, vaya. No eres tan valiente luego de sacarle media cara a uno de los nuestros─ me dijo uno de los que se agachó frente a mí y me tomaba del rostro. Bajo sus dedos gruesos hasta mi etiqueta y leyó ─Mendes, S. ¿Te has dejado capturar por los mismos enemigos?
Apenas podía articular palabra. Seguía asustado. Estaba seguro de que en algún momento vendrían amigos de mi pelotón y me rescatarían, o quizá todo había sido parte de un ensayo. Sí. Seguramente sería eso. Sentía que en algún momento escucharía el grito del director de entrenamiento diciendo que se detuvieran y que me dejaran libre.
Eso no ocurrió.
Otro de los tipos que estaba cerca habló mirándome. Se me notaba ansioso ─ Hay que llevarlo con el sargento Jonas, él quería otra puta, ¿no?
─Tienes razón Torombolo─ Dijo el viejo frente a mí levantando su vista hacia el tipo que habló ─ Este muchacho tiene lo que él quiere...─ Me miró y yo estaba más asustado que nunca porque no sabía a qué se referían. Para ese entonces el agua caía un poco más fuerte y se formaban charcos a mí alrededor. El lodo se hacía más blando y comenzaba dolerme el cuerpo, la cabeza. Y ciertas partes de mi cuerpo ardían.
Me tomaron por debajo de las axilas, y me arrastraron por el lodo, lo poco que pude lo camine. Mi corazón palpitaba muy fuerte y estaba cagado de miedo. Creo que estaba llorando. Podía ver los rostros de las personas que me miraban como un extraño capturado en medio de esa base. Caminamos bastante, recuerdo seguir el camino recto almos 800 metros de largo, luego nos dirigimos hacia la derecha, luego doblaos a la izquierda. Allí, en un gran galpón me esperaba alguien. Tuve miedo, por qué su rostro, a pesar de que mostraba cierta amabilidad, me hacía revolver las tripas. Tenía las piernas separadas, con sus manos detrás de su cuerpo y la cabeza tirada un poco hacia atrás y ladeada un poco, como enseñando su aire de superioridad. En su cintura colgaban dos revólveres llenos de maldad.
Lo primero que pensé, era que me iban a matar de una forma tortuosa y desgarradora. Esos eran tiempos en donde no piedad, y yo había matado, así que, si ellos me hacían algo, lo merecía. Oh Dios, perdóname.
Estaba tan arrepentido. Pensé en mi madre y mientras me acercaban a él, lloré aún más fuerte. Yo era muy joven y no quería morir así.
Me hicieron entrar y me pusieron a mitad de la sala. Me quede allí con la mirada perdida y agachada. Mirando como a un extremo, como un gato a punto de ser golpeado, solo esperando el golpe. Pude ver que el tipo cerraba la puerta y bajaba las persianas.
"Genial, así nadie se dará cuenta de la bala que me meterá en la cabeza" pensé. Muy a diferencia de eso él se acercó a una nevera y la abrió. Sacó una botella de agua y la abrió. Pude oír el sello de plástico y de la tapa romperse y luego le dio un sorbo para luego soltar un leve "ahhhh"
Se quedó en silencio mirando y estudiándome. Dio la vuelta por detrás de mí y cerré mis ojos. Cuando me puso una de sus manos en mis hombros yo solté un gritillo y caí de rodillas chillando y derrumbándome allí mismo. No quería morir. Jamás. No quería hacerlo así, no lejos de mi familia, en donde nunca encuentren mi cuerpo, no quería dejar mi matrimonio a medio empezar. No soportaría el corazón roto de mi madre pues ella no perdonaría a mi padre por haberme metido aquí. Creí que todo sería un juego, un leve juego en el cual nunca tendría que ver a un chico explotar justo a mi lado.
Llevé mis manos a mi cabeza cubriéndome en el piso y Jonas solo se quedó allí parado viéndome todo patético y asustado.
─Es el estrés post traumático─ dijo ─Honestamente, no creí que lo fueras a desarrollar tan rápido, pero tal parece que sí─ me tomó del uniforme y me puso de pie. Con algo de ayuda logré mantener el equilibrio. Tenía mis ojos cerrados y respiré por la boca ─Eso es... calma muchacho, calma...
ESTÁS LEYENDO
SECUESTRO MILITAR
FanfictionShawn Mendes tenía su vida planeada: ir a la iglesia los domingos, ser maestro de religión en un colegio y vivir la vida pacíficamente con su prometida: Samantha, una bella mujer que ha compartido con él desde hace años. Sin embargo, su padre, cons...