Regla 1. Toda la comida es mía.

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Después de que Chris McLean abandonara a todos en la isla por su suerte, muchos empezaron a pelear, acusando unos a otros mientras que una lenta tensión entre dos concursantes, Francis, un chico relativamente alto, pálido y pelo gris, y uno de los gemelos, Connor, un chico con pelo fucsia, casi rosa mexicano y ojos azules que destacaban no por su heterocromia, pero por estar bizcos.

Esta disputa se debía a sus personalidades, ya que de Francis destacaba su personalidad de creído y mentalidad putrida y machista, mientras que Connor era una persona de mente abierta, pero que no se queda callado si ve algún mal remediable.

Al primer momento de verse, Connor tenía curiosidad de hablarle pues su color de pelo y piel no eran usuales de dónde él venía, pero su entusiasmo fue rapidamente apagado por la respuesta que Francis le dió.

— ¡Hola! Francis, ¿verdad? — El ojiazul preguntó, una sonrisa grande dibujada en su rostro mientras sus ojos se enchinaban. — Solamente quería decirte que tu pel-

— Aléjate de mí, maldito homosexual, no me vayas a pegar lo bizco. — El peligris habló con extrema seriedad, mientras que su tono cargaba cierta burla.

Connor estaba perplejo, confundido y a la vez molesto, pues no sabía como el chico había creído que decirle homosexual o bizco podría afectarle a este punto de su vida, y enojado por su rudeza cuando él no le había hecho nada. Solo frunció el ceño y se dirigió a él de nuevo.

— Bueno, igual no querría estar con alguien tan repugnante como tú. ¿Quién te crees? — El pelirosa dejo salir una pequeña risa y regresó con su hermana sin voltear a verlo por ninguna razón por el resto del día, dejando a Francis algo molesto, pero él regreso la misma acción.

Por otro lado, Paul, otro de los concursantes, era un chico muy tranquilo, normalmente se pasaba los días haciendo nada o actividades realmente pacifistas. No le gustaba ver a todos sus potenciales amigos enojados con cada uno y se le ocurrió una idea.

En un intento de reunir a sus compañeros, fue al bosque a buscar frutas o cazar algún animal para montar un festín pequeño y así convivan felices.

Mientras eso pasaba, Francis estaba solo pues nadie le quería hablar después de esa escenita que se armó con Connor. No le importó mucho pues al final no llegó a esa isla a hacer amigos.

Paul estaba inocentemente recogiendo unas bayas cercanas, inspeccionando y probando estas antes de meterlas a su canasta. De repente, vió a un conejo. No lo suficientemente grande para alimentar a todos, pero algo es algo ¿no?

Mientras él estaba ocupado cazando y persiguiendo al conejo, hizo algo de ruido por el bosque, pues este tenía un extraño eco. Minutos después pudo cazar al conejo y lo sacó de su miseria rápidamente, clavando un palo afilado que él mismo había hecho en su corazón.

Al final, todo el esfuerzo se le había ido a la coladera pues recordó que no tenía leña. Rápidamente fue a recorrer el bosque, pues la luz se acababa. Por las prisas, dejó su canasta en un árbol que parecía haber sido leñado recientemente.

El asesino encontró su canasta llena de bayas, algunas "ramas de la suerte", un conejo muerto y un par de piñas, junto con una de las armas que sería usada para su ejecución; su palito afilado.

Un rato después, se escuchó un grito desgarrador, haciendo que todos se asusten y agrupen. Un Francis con el pelo empapado y ropa nueva de repente apareció del bosque al cual se había adentrado, poniéndose rapidamente en el medio del círculo que habían hecho los demás campistas.

Juntos, decidieron que sería buena idea investigar en grupo, así no sería tanto el peligro. Al estar en el bosque, se separaron en grupos de 2, juntando a los que se veían más débiles con los fuertes, decidiendo juntar a Fanny y Vincent, July y Ariana, Alan y Sonia, Wind con Jack, Connor y Samuel, y dejando como última pareja a Francis y Connie, Mitsu se terminó uniendo a Connor y Samuel, pues Mitsu ni de broma iba a estar con ese hombre.

Al principio, iban a juntar a Connor con Francis, pues no lo vieron tan propenso a regresar sin perderse y necesitaba de alguien competente. Connor, obviamente, se opuso a eso, pero solamente para callarlos al final Connie se quedó con él. No hubo muchas quejas aparte de la de Connor, pues no quería a su hermanita querida cerca de ese maldito machista.

La falta de quejas fue principalmente por que nadie se conocia y no sería normal hacer una, pero también por la figura larga y tosca de Connie, lo que hacía que confiaran en ella con la tarea de cuidar a un palito como él. De Francis no hubo ni un pío de esa decisión. De hecho, parecía nervioso, casi como si tuviera miedo.

Cada pareja exploró por el largo bosque, cuidando siempre de no tropezar, fallando unas pocas veces por la poca luz que les daba la luna.

Una de estas situaciones ocurrió con Connie y Francis, el chico tropezando con una rama algo grande y cayendo hacia adelante, dejando salir un pequeño quejido de sorpresa. Pero, justo cuando aceptó su destino de caer de cara contra el piso, Connie lo jaló de su camisa, levantando su cuerpo con facilidad, haciendo que Francis se asustara y viera a Connie con una mirada de puro terror mientras que con un tono compasivo la chica preguntó:

— ¿Estás bien? Ten mas cuidado, puede haber algún bicho por ahí o pedazos afilados de madera. — La pelimorada habló mientras se acomodaba sus lentes. — No te lastimaste el pie ¿o sí?

Francis se quedó callado, su cara de preocupación cambiando a una mas suave de sorpresa mientras que un ligero rubor crecía en sus mejillas. — Eh... si, si estoy bien. Gracias... Eh.. conn... Conni..? — Francis preguntó sin atreverse a verla a los ojos, nerviosamente disipando su mirada hacia su pelo o a su lado.

Ella en respuesta sonrió y una pequeña risilla se escuchó. — Connie. Soy Connie. — Dijo, empezando a caminar otra vez mientras veía a su alrededor, buscando a Paul o alguna pista de su paradero.

Por otro lado, el equipo de Connor, Samuel y Mitsu tenía algo más de suerte, pues lograron encontrar la canasta de Paul vacía. Ellos tres se separaron un poco, siempre cuidando sus alrededores.

Tarde o temprano, Mitsu encontró manchas de sangre de forma extrañamente colocadas que hacian un pequeño camino. Lo siguió y ahí Mitsu encontró a Paul, gritando en horror pues tenía una escena horripilante frente a ella.

Rápidamente los demás corrieron hacia donde escucharon el grito de Mitsu, todos a pie excepto por Francis, Connie lo llevaba cargando estilo princesa pues se había lesionado el pie. Connor, al ver esa repugnante escena, le hizo algo de cosquillas a Connie, haciendo que suelte a Francis y caiga al piso fuertemente.

— ¡AY! Francis perdón ¡te juro que fue una equivocacion! — Connie se disculpo, ayudándole a levantarse mientras que de nuevo, un rubor suave se dibujara en los cachetes de Francis, quien solo asintió con una leve sonrisa.

La examinación que hicieron del cuerpo enseñó que murió después de ser apuñalado varias veces en el estómago y en el pecho, para luego ser abierto y rellenado de todo el producto que llevaba en su canasta, menos el conejo, el cual fue saqueado.

El cuerpo fue encontrado por Mitsu

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⏰ Última actualización: Jan 20 ⏰

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Island Of The Slaughtered - OC AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora