Adiós

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El suave viento menea con parsimonia la corona de los arboles y las hojas caen hacia el suelo con delicadeza; la brisa es fresca y las nubes pintan como pequeñas gotas de pintura el cielo azul; los rayos del sol bañan el lugar y lo pintan de un hermoso color dorado; las risas y murmullos se mezclan armoniosamente con el sonido de las fuentes de agua. Un día de calma. Pero una pareja rompe con ella.

Tristeza y enojo se mezclan con extraña perfección. 

Unas lagrimas delicadas ruedan por los pómulos de la chica.

Pequeñas gotas de sangre se deslizan lentamente por los nudillos blancos del chico.

La respiración agitada de ambos se sincroniza sin que se percaten de ello. Y durante un tiempo, se quedan en la misma posición; miran y analizan cada uno de los movimientos del otro. Y esperan, una respuesta que rompa con el tenso ambiente.

Solamente en ese momento, se escucha la suave brisa que menea la yerba. Pero después de un tiempo, las expresiones de ambos se relajan. 

Ambos piensan en todo lo que pasaron juntos. En las risas y bromas, en las discusiones y reconciliaciones. En los viajes que compartieron; en las historias que se contaron; en los recuerdos que fueron armando lentamente; en las miles de promesas que no cumplieron; en los "te amo".

Ambos están tan perdidos en sus pensamientos, que sonríen inconscientemente. Cuando salen de sus pensamientos, ambos deciden actuar.

Sus sonrisas se extienden. El se acerca y la abraza por la cintura; ella corresponde con un abrazo. Ambos conectan sus miradas, mostrando unas pequeñas sonrisas. Y con un acuerdo tácito, ambos se dan un pequeño y corto beso. Con ese beso, ambos dan por terminada su relación.

El chico, con paciencia limpia las ultimas lagrimas de la chica. Y ella, con sutileza limpia las pequeñas gotitas de sangre que quedaron en la mano del chico. 

"Adiós"

Con un suave susurro que ellos solo oyeron, se despidieron. Al darse la vuelta, quedaron de espaldas; y pensaron.

El adiós fue doloroso, pero necesario. El amor del principio creo hermosos recuerdos. Pero, su amor se desgasto con el tiempo. A ambos, ese adiós los libero de sus últimos recuerdos; amargos, tristes. Pelea tras pelea. Pero también les rompió el corazón y el alma. Todos los recuerdos buenos; las risas que inundaron su casa, ahora las reemplazaran el silencio. Las peleas reconciliables, ya no van a suceder. Los viajes, las palabras, los detalles amorosos; ahora no los compartirán.

Ambos emitieron un pequeño suspiro. Levantaron la cabeza y comenzaron a caminar. Ya tomaron una decisión.

El suave viento menea con parsimonia la corona de los arboles y las hojas caen hacia el suelo con delicadeza; la brisa es fresca y las nubes pintan como pequeñas gotas de pintura el cielo azul; los rayos del sol bañan el lugar y lo pintan de un hermoso color dorado. Este paisaje es testigo  de como dos almas que perturbaron la calma, se separaron. Y de como ambos tomaron dos caminos distintos, para que no se volvieran a cruzar. 


Relaciones amorosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora