Sola

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Las nubes, con pasar lento, cubren lentamente al sol para tomar tomar su lugar. El frio era fresco, y los animales fueron a sus hogares esperando que pasara el mal tiempo. Las personas corrieron para llegar rápido a su casa. Y los niños, salieron contentos y ansiosos para ver a su familia. Menos dos.

La pareja se quedo en espera de que todos salieran. La platica es esperada, ansiosa y curiosa; sobre todo para una de ellas.

Todo el día su pareja la estuvo ignorando; no le hablaba o respondía con un seco "si" o "no". No hubo besos, mimos o caricias; tampoco palabras bonitas como siempre. Así que con esta platica, va a averiguar que es lo que le sucede. La otra se muestra mas nerviosa; mirando varias veces la puerta. Ella vacila en si decirle o no a su pareja lo que llevaba planeando desde hace unos semanas. 

Pero no le dio mas tiempo de pensar, por que el ultimo alumno cruzo esa puerta; y con ello, la platica esperada dio inicio. 

Los nervios la carcomieron mientras empezaba a caminar hacia el pupitre de su pareja. No se puede retirar, sabe que ya no. No desde que no le hablo en todo el día; desde que no beso sus labios; desde que no la abrazo. Su plan se fue desmoronando, y sus palabras quedaron atascadas en el fondo de su garganta. 

La primera chica se levanto y miro curiosa a su pareja. Su piel se volvió mas pálida de lo normal, y en sus ojos observo el miedo que le deba ir a hacia ella. Eso la desconcertó y la puso alerta. Nunca había visto miedo en su mirada cuando ella estaba a su lado. Algo si esta mal.

La segunda chica paro, justo a un metro de la otra. La lejanía la relajo un poco, pero no lo suficiente. 

   - Celia - Da un paso al frente - Cariño, ¿Qué sucede? - 

Cuando ella da el paso, Celia da un paso hacia tras. Ese comportamiento la empezó a asustar. No era normal que Celia rehuyera de su tacto. 

Al notar la mirada asustada de la otra, Celia pierde el miedo. Necesita decirle de una buena vez; o si no la va a lastimar, mas de lo que ya esta haciendo. Con valentía, se acerca el paso que dio hacia atrás y habla.

   - Lo que sucede, es que ya no... - Suspira - Y-Ya no quiero estar contigo - 

Esas palabras se quedan en el limbo. La chica no lo puede entender, no lo procesa de inmediato. Hasta que las palabras que trato de ignorar llegaron como una bala. Fue tan rápido y certero que tuvo ganas de gritar. Simplemente la chica no lo entendía. 

Ambas se quedaron un buen rato calladas. Celia espera con ansias la respuesta de ella. Y ella se pierde en sus pensamientos para no tener que hacerlo.

Pero su respuesta sale en un susurro pequeño, gracias al enorme nudo en la garganta que ella siente. 

¿Por que?

Retumba en los oídos de ambas chicas. Ambas saben que el eco esta jugando con ellas; por que no entienden entonces como es que esa pregunta se repite una y otra ves vez. Cada una con su propio enredo de sentimientos. 

   - ¿Por que, Celia? - Se escucha un sollozo - ¿Qué hice mal para que me digas eso? -

Las lagrimas comienza a salir de los ojos de la chica. Lentas y tortuosas; para no perderse en sus pensamientos nuevamente. 

Mientras tanto, Celia se queda estoica. Las lagrimas de ella no le afectan; no siente nada mas que una terrible incomodad por estar ahí. 

   - Porque ya no te amo como antes - Dice sin tacto - He encontrado a alguien que me hace inmensamente feliz, alguien que es mejor que tu. Alguien que no llora siempre que algo va mal, que me entiende, que me mima como debe ser.  Tu no puedes darme lo que quiero. No puedes escucharme y mucho menos comprender que no todos vivimos felices. Ves solo por tu felicidad y eso me repugna. 

Un golpe seco hace eco por todo el salón. 

   - ¡Eso no es cierto! ¡¿Como puedes decir que solo veo por mi felicidad?! - 

La chica dejo de llorar. No lo cree; no cree que Celia haya dicho eso. Sabe muy bien que siempre la ha apoyado en sus momentos mas tristes, nunca se separo de ella a pesar de que siempre terminaban peleando por que se encontraba mas a la defensiva. Siempre le dio apoyo, siempre estuvo a su lado. Y aun así, le dijo eso.

Celia, solamente volteo la cara por el golpe recibido; pero no dijo nada. Su mente se quedo en blanco. Ella nunca le había pegado, ni siquiera cuando estaba realmente enojada con Celia. 

   - ¡Bien! ¡ Si ya tienes al alguien que te ayude mas que yo, bien por ti! ¡ Puedes irte con ella o con el, no me importa! - Tomo rápidamente sus cosas y se aleja con dirección a la puerta - ¡ Y no quiero que me vuelvas a buscar cuando tengas un problema. Por que ya no seré tu hombro para llorar, ni tu consejera, ni nada. Tampoco me busques cuando tu otra mitad termine dándote un apuñalada por la espalda, por que no estaré ahí! ¡Así que, adiós! - Termino de decir y dio un portazo.

Celia salió de su estupor. Y volteo rápidamente a la puerta del salón; no estaba. Se había ido.

Celia se tiro al suelo. No planeo eso; no la quería lastimar, simplemente iban a hablar para que terminaran bien. Pero eso no paso.

Su gran bocotá lastimo a la persona que mas estimaba. No quería nada romántico con ella, pero aun así la consideraba una gran amiga. Alguien que podía estar a su lado sin necesidad de ser su pareja. Pero lo echo a perder.

¿Por que dijo todas esas cosas? Se cuestiono mientras sus lagrimas salían sin control. Celia sabia bien que todo lo que dijo era mentira. Ella siempre había estado en sus malos momentos apoyándola como nunca; siempre se aguantaba su mal humor. Siempre ofreciéndole un abrazo, un pequeño beso un simple "te quiero" .

Sus sollozos hicieron eco en ese salón vacío. Se encontraba sola, y no podía remedirlo


Relaciones amorosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora