Carta de un fiel cobarde

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Capítulo 1 

-Adivina adivinador-

Ya pasaron 2 años desde ese día... el comienzo de un mandato del terror. Aún hay gente desaparecida, muchos de mis amigos siguen desaparecidos y yo solo pienso en una cosa: "soy un cobarde". 

No puedo sacarme de la cabeza el grito de ayuda de esa niña mientras la subían a una camioneta y la arrancaban de los brazos de su padre, " ¿Qué pude haber hecho yo?"  si la defendía estaba corriendo el riesgo de sufrir el mismo castigo o peor, terminar colgado con vida en la plaza como esos pobres diablos opositores. Nunca voy a olvidar su rostro lleno de inocencia, nunca voy a olvidar sus gritos pidiendo por su papá mientras yo tapaba los oídos de mi hermana para que no escuche. Los días posteriores a ese fueron un infierno, el padre de la pobre niña fue fusilado en su propia casa. 2 semanas después se llevaron a mi mejor amigo, lo último que supe de él fueron rumores sobre haber muerto en el fuego cruzado entre "Los Dictadores" y la oposición. 

Los dictadores, así los apodaban, tomaron el poder a la fuerza eh instauraron un nuevo régimen el cuál tenía de lema "para llegar a la pureza hay que deshacerse de la fruta podrida" . Bajo ese pensamiento fue desatada una ola de homicidios en cada esquina del país, secuestros a plena luz del día, las calles eran una carnicería la cuál era vaciada cada 2 semanas. El país fue cerrado, nadie podía entrar ni salir, era un verdadero infierno.

2 meses después de haber tomado el control "Los Dictadores", escapamos con mi madre y hermana al sur del país, fuimos escondidos en la parte de atrás de un camión junto a otro grupo de personas y animales durante 3 días, ¡3 días escondidos como animales!... 

-Charlie, tengo mucho frío -dijo mi hermana dirigiéndose a mi.

Sus manos estaban violetas y sus labios secos, verla así hacía que se me saliera el corazón.

- Vení, metete adentro de mi campera Juli -le dije como pude, el frío era insoportable y todavía no estábamos ni cerca de nuestro destino.

Mire a mi madre y lo único que vi fue miedo, dolor, tenía los ojos en una mancha del camión y parecía estar viendo eso durante horas.

- Mamá, ¿en que estás pensando? -pregunté mientras abrazaba a Juli para no sentir los vientos helados de la ruta.

- Ya no tenemos nada, podemos morir en cualquier momento, ni siquiera sabemos si vamos a llegar, ¡ni siquiera sabemos si podemos escapar! -era obvio, los vientos helados y lo visto en la ciudad la perturbaron demasiado, no puedo decir que estoy mejor que ella, pero todavía hay esperanza.

- Te dije que no digas esas cosas en frente de Juli -mi voz tiritaba y ya no sentía la nariz- En la ciudad dicen que encontraron la forma de escapar, construyen balsas y escapan por un puerto dónde no hay fuerzas armadas -No sabía si esto era cierto, eran solo rumores que fueron pasando de oído en oído como teléfono descompuesto. Pero no teníamos muchas opciones.

- ¡Julieta en algún momento debe entender! ¡va a tener que crecer ahora y aprender a cuidarse antes de que sea muy tarde -Estaba a nada de quebrar en llanto, solo pude abrazarla y consolarla con palabras que aún no me creo.

- Todo va a estar bien, no te preocupes... -Abracé a Juli y a mamá tan fuerte como pude y el calor de nuestros cuerpos nos tranquilizó un poco.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2021 ⏰

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