1. La película.

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Eran la una de la tarde con un minuto.

La persona a la que esperaba se había atrasado. ¿Y si le pasó algo?, Probablemente ya no quiso venir, pero me lo hubiera dicho ¿no?.

La una de la tarde con tres minutos.

Tocaron a la puerta. Me miré al espejo para confirmar que estuviera decente. Dirigí un paso hacia la puerta y regresé, para volver a verme al espejo y reconfirmar.

¿Estoy a punto de abrir la puerta? ¿Y si no es a quien espero?.

En ese momento me llegó un mensaje de la persona a la que estaba esperando.
- Ya llegué.

Abrí la puerta y efectivamente estaba afuera. Lo saludé con una sonrisa y un beso en la mejilla.
Lo invité a pasar, no era la primera vez que entraba a mi casa. Él era muy observador, me preguntaba que era lo que tanto le gustaba mirar.

- ¿Y tus padres? - me preguntó.
- Salieron un rato, fueron con mis abuelos, creo que nada interesante.
- ¿Y tu hermano? -
- Fue con ellos. - Respondí.

Él sonrió y se sentó en un sillón de la sala. Yo me dirigí hacía el televisor y le pregunté qué película quería ver.

- La que tú quieras - respondió.

¿La que yo quisiera? ¿Qué tengo que hacer? No puedo escoger una yo.
Me gustan las películas, pero conocía sus gustos, eran distintos a los míos, por eso era más sencillo que él escogiera.

- Mmmm... - medité. - ¿Te parece si vemos "La forma del agua"?
- Claro, esa te gusta mucho ¿no?
Sonreí y moví la cabeza afirmando.

Estuvimos todo el rato sentados viendo la película, a veces él se detenía para hacerme preguntas sobre esta. Yo le respondía todas. Después de un buen rato acabó.

Aún no quiero que se vaya. ¿cómo  tendré más tiempo? ¿Qué pensará de tener que ver otra película?

- ¿Quieres subir a mi habitación? - ni siquiera lo pensé.
- Sí, está bien. - miró su teléfono- Aún queda rato para platicar.

¿Quieres subir a mi habitación? ¿Enserio? ¿Y si él hace algo raro? Mis papás se pueden molestar mucho.
Subimos, y él observó la habitación. Había entrado en ocasiones anteriores pero solo unos minutos. Se sentó en la cama. Y yo me senté junto a él. No tardó mucho tiempo para que comenzara a hacerme preguntas respecto a las cosas que tenía ahí.
Ojalá no se de cuenta del peluche, ¿y si pregunta que responderé? ¿Le parecerán extrañas las cosas que tengo? Debería de tener más, que aburrida estoy siendo.

Hablamos sobre él un rato en la cama, nos la pasamos riendo y mirándonos. Estábamos ya lo suficientemente cómodos. Él procedió a acostarse. Miró hacia el armario y puso expresión de extrañeza.

- ¿Eso es un peluche? - preguntó.
- Sip. - mi respuesta fue seca porque no quería profundizar en el tema.
- ¿Lo puedo mirar? -

¿Debería decirle que no? Porque es personal. Pero se puede molestar. Pero si le dijo que sí...

- Sip.- Creí que ya nos teníamos el suficiente nivel de confianza para que pudiera mirarlo.

Él se levantó de la cama y lo tomó entre sus manos.

- ¿Qué son estos? - señaló.
- Papelitos.
Sonrío. - Ya lo sé, pero. ¿qué es lo que tiene escrito?- Tomó al peluche más cerca, para poder leer un papel.

¿Enserio lo leerá? Aún no es bueno que lo sepa. ¿o sí? ¿Será lo correcto quitarlo? Me mirará feo.

- Caminar sola en la... - en media oración yo pensaba quitarle el objeto, no quería que terminara la frase. Pero lo dejé. No es bueno reprimirse.

- Calle. - dijimos al unísono.

Sonrío nuevamente. - ¿Y entonces que son esto?

Medité unos segundos, con los ojos cerrados. Sabía que él me estaba viendo probablemente con cara rara, pero era necesario. Así que accedí. -Te lo diré, siéntate.

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2020 ⏰

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