Prólogo

2K 124 116
                                    

Era un cálido día de verano. Lo recuerdo perfectamente cómo si hubiera sido ayer. En ese entonces yo tenía 9 años y él 12, me caí al río mientras jugaba en el puente con mis amigos. En ese entonces él se lanzó para rescatarme, me llevó en sus brazos a la orilla.

Se veía como un príncipe azul, brillaba tanto que no podía dejar de ver sus preciosos ojos azules. Era el príncipe que toda niña pequeña deseaba. En el momento en que me salvó se convirtió en mi príncipe.

-Estás bien? - me preguntó mientras me veía preocupado.

-S...Si... Muchas gracias por ayudarme - dije nerviosa mientras lo veía, a pesar de que estaba muy pequeña en ese tiempo, jamás había estado tan cerca de un chico.

Y él era tan bonito que no podía dejar de verlo. Podría decirse que fue amor a primera vista, pero después de conocerlo no lo podía sacar de mi cabeza. Mi corazón latía tan rápido que no sabía que más decirle.

Iba a levantarme para irme a mi casa porque se estaba haciendo tarde, pero me dolía el tobillo, fue por la caída.

-Te duele? Quieres que te lleve en mi espalda? - me dijo mientras se daba la espalda para que subiera a su espalda.

Me sentía nerviosa.

-Esto... Estas seguro? No... No tienes que volver a tu casa?- le pregunté mientras veía el césped y sentía mis mejillas rojas.

-No te preocupes! Mis padres entenderán, adelante, yo te llevo. - dijo de manera muy enérgica.

Entonces subí con cuidado a su espalda y se puso de pie para comenzar a caminar, era más alto de lo que parecía. Sentí como si hubiera subido a la cima de una montaña rusa. Comenzó a caminar y entonces me dio su chaqueta que había dejado en el puente antes de lanzarse al río. A pesar de que él estaba empapado también, me la dio a mi.

Me comenzó a dar sueño y solo reposé mi cabeza en su espalda, mientras luchaba para no quedarme dormida.

Cuando llegamos a mi casa, me bajó con cuidado.

-Espero que te mejores.- dijo mientras me sonreía, mis mejillas inevitablemente se tiñeron de un ligero color rosado.

Solo pude asentir, y nos despedimos. Estaba tan embobada que ni siquiera le pude preguntar su nombre.

Pasaron días después de eso y creí que no lo vería de nuevo, pero parece que el destino tenía algo preparado para mí, porque un día lo encontré en un parque jugando futbol con otros niños. Yo solo me le quedé viendo, reconocería sus hermosos ojos azules como el mar en cualquier lado.

Después de unos momentos él se percató de que lo estaba viendo y se sorprendió al verme, me sonrió y vino corriendo hacia mi.

- Ah! Eres la chica del río, qué sorpresa!- me dijo entusiasmado, se veía un poco más alto.- Esto... Perdona, no pude preguntarte tu nombre la otra vez, cómo te llamas?

-Me llamo... Kimi... Zuhara Kimi.- le dije mientras lo veía de manera tímida. 

-Ah! Kimi-Chan! Es un gusto conocerte.

Sonreí, mi nombre sonaba tan bonito cuando él lo decía.

Iba a preguntarle por su nombre pero...

-Giyu! Por qué tardas tanto? Sigamos jugando! - dijo un niño de su misma edad caminando hacía donde estábamos.

Ese niño era muy lindo también, su cabello era de un color rojo como carne, algo despeinado y sus ojos eran de color entre gris y morado. Que lindo.

Así que se llamaba Giyu... Tenía un nombre muy bonito también.

-Hmm? Quién es ? La conoces? - preguntó aquel chico.

-Sí! Es la chica que rescaté esa vez, te lo dije no?

-Ah si! Es verdad! Un gusto! Me llamo Sabito.

-Ah... Un gusto, Sabito - dije nerviosa.

-Bueno, no tardes mucho de acuerdo? Hay que vencer al equipo de Kyojuro! - dijo Sabito mientras se alejaba.

-Giyu... - dije en voz baja.

-Sí?

-Waa! Lo siento... Te quería preguntar tu nombre... - dije nerviosa.

Cielos, no creí que me iba a escuchar, dije su nombre para mí misma porque era tan bonito.

-Tomioka Giyu! Ese es mi nombre.

Sonreía, se veía tan lindo sonriendo, durante todo ese rato mis mejillas no dejaron de estar rojas.

Pasó el tiempo y tuvimos que despedirnos, Giyu me invitó a jugar el día siguiente con él y Sabito. Acepté.

Y así fue como pasé mayoría de mis días con Giyu, siempre jugábamos en el parque. Todo era muy feliz, pero... A veces todo lo bueno termina. Un día Giyu ya no estaba en el parque, le pregunté a Sabito y me dijo que se había mudado de ciudad. Después de escuchar eso me puse muy triste.

Nos habíamos llevado tan bien por dos años, durante dos años nos conocimos y jugamos mucho. Creí que estaría con él siempre pero... No fue así. Regresé a mi casa triste con ganas de llorar, cuando me acosté sentí un bulto debajo de mis sábanas.

Las moví y vi que era la chaqueta que Giyu me había prestado cuando me rescató del río. Siempre la doblaba con la intención de devolvérsela, pero siempre se me olvidaba.

Lo único que me quedaba de él, su único recuerdo, no hice nada más que aferrarme a ella, abrazarla, olerla y recordar todas sus sonrisas y sus bellos ojos azules.

Ocho años habían pasado desde que dejé de verlo, ya tenía 18 y estaba en mi último año de preparatoria, pero por situaciones de trabajo de mis padres me cambiaron de escuela, ahora estudiaré mi último año de preparatoria en la Academia Kimetsu, dicen que es una de las mejores escuelas, pero que tiene muchos estudiantes problemáticos y cosas muy interesantes suceden ahí. Me pareció interesante. Estaba emocionada por pasar mi último año en esta escuela nueva.

Llegué a mi salón, fui a buscar algún pupitre vacío, había uno junto a la ventana, decidí sentarme ahí, tenía una vista maravillosa hacia afuera. Estaba emocionada, qué pasaría en este último año de preparatoria?

La campaña sonó y todos fueron a sus lugares esperando a que llegara el maestro titular de este año. La puerta se abrió y mi corazón se detuvo al ver ese par de océanos brillantes.

No podía ser cierto...

-Buenos días, mi nombre es Tomioka Giyu y este año seré su profesor titular.

Academia Kimetsu! Amor Prohibido (Tomioka x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora