Cap. 4: Por la mañana

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Capítulo rápido~ me pongo ya a escribir el siguiente.

   Después de que Marionette terminara de hablar, volvió a las mesas y se recostó en el banco. Supuse que no querría hablar así que lo dejé en paz. Era la una de la tarde así que había tiempo para dar una vuelta por la pizzería. Paseé por pasillos y habitaciones, pero no encontré muchas cosas interesantes; pósters y piezas de animatrónicos, lo de siempre.

   Como conclusión del paseo obtuve que pasar delante del telón rojo con el cartel de "Sorry! Out of order" me daba mala espina. Cuando me cansé me dirigí de nuevo al comedor y encontré a Marionette dormido en el banco. Se le veía tranquilo. Aunque pensándolo mejor, era un robot, no podía dormir. Me acerqué a la mesa donde estaba y lo miré.

—Dime—preguntó despacio, haciendo que pegase un bote hacia atrás—.

—Nada, nada. Me has asustado.

—Lo siento.

—¿Dormías?

—No, descansaba. Sólo "duermo" cuando me apago. Cosas de animatrónicos.

   Me quedé pensativa. Si no dormía porque era un robot cómo había saboreado la manzana de antes.

—¿Y cómo saboreaste la manzana?

—Algo le llega al alma que hace racional a este montón de engranajes, digo yo. Tampoco es que me nutra... de hecho... no sabía mucho. Luego limpiaré el mecanismo de la garganta, o la compota de manzana me hara chirriar—rió sin humor—.

—No me gustaría ser un robot.

—No, no te gustaría.

—¿Se puede sentir?

—Cosas como el dolor, sueño o hambre no. Aún así nuestras almas sienten y podemos enfadarnos, entristecernos o... enamorarnos.

   Recordé a Bonnie enfadado por la traición de Marionette, y a éste mismo unas horas antes lamentándose la muerte de los niños. Espera, lo último. ¿Enamorarse? Le miré y se giró hacia el otro lado, como si yo mirase a la pared. "Es a tí", pensé, pero lo dejé pasar.

—Bueno y... ¿cuántos años tienen los animatrónicos? No creo que a una edad tan temprana como la de los niños se piense en matar.

—Sí, bueno, no lo sé muy seguro. Yo por ejemplo pienso como alguien de 17 años o así. Supongo que esa sería mi edad. Sin embargo ellos, se han obsesionado en vengar la muerte de los demás, y eso crea un círculo vicioso. Las ganas de sangre, de torturar, de matar, mezcladas con la tozudez e irracionalidad de un niño pequeño, los han trastornado, haciéndoles parecer más mayores de lo que son. Pero sé que bajo el cascarón de metal se esconden las almas de los niños, pidiendo ayuda. La ayuda que yo no pude ofrecerles.

—Escucha, no deberías torturarte así. No fue tu culpa, no conocías el establecimiento ni estabas armado, no podías defenderles.

—Podría haberlos ayudado o haber ganado mas tiempo para que Foxy llamase a la policía como había dicho—su risa sin humor me ponía nerviosa—.

—¿Foxy?

—Ya le conocerás. Él se mantiene un poco apartado del tema pero a veces se descontrola y ataca... de todos modos, es muy buena perso... animatrónico—se corrigió—.

   Sonreí. Igual ese tal Foxy era amistoso. Mejor tener a un robot programado para matar de tu lado que en tu contra. Aunque algo me decía que había más animatrónicos que aquellos que sonreían en el escenario.

—Bueno, espero que nos llevemos bien, si se puede. ¿Quieres comer algo?

—No, guárdalo para ti. A mí no me alimenta.

—De acuerdo, gracias.

   Unos minutos después ya me encontraba comiendo una lata de verduras precocinadas con uno de los tenedores de plástico de la pizzería; no tardé mucho en llenarme. Removí unos trozos de berenjena y aparté el bote de mi vista. Apoyé la cabeza en los brazos, suspiré y cerré los ojos.

—Ah es verdad, no has dormido nada esta noche—dijo Marionette al otro lado de la mesa, enfrente mía—. Descansa un poco, son las tres de la tarde, te llamaré a las diez y media para ir a la sala de vigilancia y prepararnos. Seguramente esta noche no sólo nos visite Bonnie.

   Levanté la cabeza y miré a los animatrónicos del escenario, luego a Marionette.

—Muchas gracias, por la ayuda y todo.

—No agradezcas nada, total, no tengo nada mejor que hacer...

   Cansada volví a depositar mi cabeza en mis brazos y cerré los ojos. A partir de ese momento decidí confiar en ese robot. Si no me había matado anoche, ni esta mañana cuando despertó de esa manera, ni ahora, no iba a hacerlo mientras dormía. O eso pensaba. Me tensé y esperé a ver si notaba que se levantaba de la mesa para ir a algún lado. Si lo hiciese lo seguiría. Para mi sorpresa, apenas unos segundos después de trazar mi improvisado plan, noté como se recostaba de la misma manera que yo en el otro lado de la mesa, soltando un pequeño suspiro.

Mil gracias por leer, como siempre ^^
-Nebu

● Save her! ● [Five Nights at Freddy's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora