María amaba mucho sus polleras, ella se sentía como una niña ,y recordaba como era el sentimiento de volver a vivir todo, una y otra vez, cerraba sus ojos y se imaginaba una gran masa de gente, aplaudiendo grandemente , y ella dislumbrandolos con su baile, cantando con el corazón. Su pareja de baile, el niño de los ojos azules, se sentía llena con solo verlo, porque veía el color del cielo de su pueblo, todo despejado, llenando de alegría su ser. Solo María quería vivir otra vez todo eso, pero al verse volvió a su realidad y sabía que solo quedaría en su memoria.