CAOS

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Nada mejoró, de nuevo no supe nada más de mi mamá, y conforme iba creciendo me sentía más sola sumándose a eso que en el colegio me molestaban por cualquier cosa, luego de unos años dejé de hablar con Marina y preferí aislarme de todo, ahí fue en donde caí en depresión, no era notorio, pero iban pasando los años y era aún peor.

Cuando entré a el bachillerato pensé que las cosas cambiarían, pero empeoraron. Siempre trate de ignorar la situación pero es imposible no sentirse mal y aún más cuando no se tiene autoestima.

A los 12 años mi mamá volvió y ahora tenía una nueva pareja, Damián quien me caía muy bien pero siempre la golpeaba y era horrible sentir la impotencia de no poder hacer nada. Mi abuela dejó su trabajo y empezó su propio negocio vendiendo comidas rápidas en la calle, así que pasaba mucho tiempo en la calle ayudandola en el puesto de comidas, lugar en el que muchos clientes se propasaron conmigo, tenía miedo y no tenía alguien más a quien contarle lo que pasaba, preferí tragarme mi dolor. Empecé a practicar cutting (cortarse la piel), es algo que muchas personas ven absurdo pero por alguna extraña razón a mi me hacía sentir bien, era un escape a todo lo que sucedía en mi vida, empecé con simples rasguños pero las cortadas eran cada vez más profundas, no me importaba que algo me sucediera.

Tiempo después entró un chico nuevo a mi colegio; André, no era sociable y siempre estaba sólo pero poco a poco me fui acercando a él, también tenía una vida difícil y llena de problemas, eso nos unió mucho, encontramos refugio el uno en el otro, se sentía bien, ya no estaba sola.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2020 ⏰

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