💜💛🖼️🎨💜💛🖼️🎨💜💛🖼️🎨💜💛No podía decir con exactitud como y cuándo fue que su libreta de dibujos, sus cuadros y sueños nocturnos comenzaron a tener único protagonista.
<<Fyodor Dostoyevski >>
El alumno modelo de 3-A. Un joven extremadamente guapo y de aspecto aristocrático.
Miembro del club de música, un violonchelista sumamente talentoso.El motivo de los suspiros diarios de miles de mujeres de la academia y la profunda envidia de muchos hombres también.
Una persona totalmente inalcanzable para todos.
Inalcanzable para alguien como él especialmente, por lo que se limitaba a admirarlo desde una distancia prudente.
Lo observaba a la hora del almuerzo y recesos de clases descansando bajo un árbol siempre acompañado de un nuevo libro.Poco a poco no fue extraño que adoptará el hábito de realizar algún boceto, en el cuaderno que siempre llevaba con él, del joven concentrado en su lectura. Su belleza lo había embelesado y cautivado por completo.
Al poco tiempo cada expresión, gesto y estado de ánimo por más minúsculo que fuera era percibido por nuestro joven artista, al punto que podía dibujarlo incluso con los ojos cerrados.Se enamoró. Se enamoró perdidamente del joven de lacio cabello obscuro, hermoso piel pálida y atrayentes ojos amatistas.
Se enamoró sin haber intercambiado palabra alguna siquiera con él.Amaba su imagen, su aspecto.
Amaba el aura de nobleza, inteligencia y soledad que lo rodeaba.
Amaba el gran talento que demostraba para toda actividad y para la música en particular. Oirlo tocar el Violonchelo era un deleite divino.
Amaba el sonido de su voz aunque ninguna frase fuera dedicada para su persona.Porque para Fyodor Dostoyevski era un completo desconocido. Un vil mortal que no era digno de su atención.
Fyodor Dostoyevski era un ser divino, un ser inalcanzable a quien él solo podía adorar en silencio y glorificarlo en las pinturas, dibujos y sinnúmero de retratos como el devoto enamorado en el que se había convertido.
Eso le bastaba. Tener su imagen viva en su mente e inmortalizarlo en sus lienzos era suficiente o de ello se había convencido para no sufrir el infortunio de un amor no correspondido.No tenía oportunidad, jamás la tendría.
Y logro confirmar aquello cuando noto que un hombre de largo cabello albino era bendecido con su atención e incluso por sus minúsculas sonrisas como nadie antes.
Sintió como algo se hacía añicos en su interior.Ese día, Nikolai Gogol descubrió que el amor duele, que el amor te puede llegar a matar.
Comenzó a derramar pintura negra sobre sus retratos. Deseaba borrar las pruebas de su devoto e ingenuo amor, deseaba destruirlo y arrancarlo de raíz incluso de su roto corazón de ese modo.
Que el negro devorará aquellos colores que conformaban la imagen de su amado, aquel que nunca le perteneció.
Pero hubo un cuadro que le fue imposible arruinar : El retrato de Fyodor Dostoyevski sonriendo, el retrato más hermoso de su Dios viviente.Amargas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, cayó de rodillas ante el caballete dónde se posaba el retrato.
No, no podía hacerlo.
Era lo único que le quedaba.
Era la externización de sus sentimientos más profundos.
Le pertenecía y destruirlo era como destruirse a si mismo.Tan inmerso estaba en su dolor privado que no se percató que estaba siendo observado desde hacía varios minutos por unos atentos ojos amatistas.
El dueño de aquellos hermosos ojos ingreso al salón/estudio perteneciente al club de artes plásticas dónde el joven artista tenía exhibidas sus pinturas sus pinturas, camino con paso seguro hacia su dirección.Se inclinó unos centímetros y sin que el artista fuera consiente de su presencia, analizo a detalle el hermoso retrato sobre el caballete; el único lienzo intacto de todos.
El retrato estaba realizado por una mano experta, cada trazo tenía una precisión y belleza magnífica.
El alma y la devoción del artista está plasmada en ese retrato.
Era una declaración de amor hecha arte.- Shibuzawa tenía razón, eres muy talentoso - comento sin despegar sus ojos de su viva imagen en aquel lienzo, llevando un mechón de su cabello detrás de su oreja derecho de modo despreocupado.
El joven artista de cabello trenzado sintió su corazón detenerse dentro de su pecho producto de la impresión y sorpresa, no podía moverse.
Se olvidó incluso de como respirar.
No podía creer que su Dios estaba allí a su lado, admirando su retrato, dirigiéndole unas palabras de elogio a su arte.No estaba soñando, verdad? Acaso había muerto y había llegado a los cielos en cuestión de minutos?
Sus mejillas se encendieron cuando el joven de cabellos obscuros volteo el rostro y sus ojos amatistas cayeron sobre su persona.
Por todo lo sagrado! él era incluso más etéreo y hermoso de lo que jamás había imaginado. Sus pinturas no le hacían justicia en lo más mínimo.
- Disculpa... Podrías decirme tu nombre? - pregunto con su suave voz de tenor.
Acelerando los latidos del corazón del artista en el acto cuando aquel dulce sonido llego a sus oídos.
- Go-Gogol, Nikolai Gogol. Ese es mi nombre - respondió. Su voz sonó atropellada por el nerviosismo que sentía.
Actitud que el joven de ojos amatistas encontró sumamente adorable, su rostro adquirió una expresión dulce y serena en respuesta a ello.
El artista no se creía digno de admirar y ser espectador de tal magnifico ser, no luego de hablar intentado borrarlo de su mente y corazón. Se sentía todo un blasfemo pecador, un cobarde hereje.- Me siento verdaderamente honrado de que tu maravilloso arte este dirigido a mi persona. Muchas gracias, Nikolai Gogol - expreso sinceramente acompañando sus palabras con una pequeña sonrisa.
El joven artista no fue capaz de emitir palabra alguna y mucho menos logro reaccionar adecuadamente cuando sintió los labios de Fyodor Dostoyevski sobre su mejilla izquierda. Un toque cálido y efímero que dejó un agradable cosquilleo sobre su piel al momento de separarse. Llevo automáticamente su mano hacia ese sitio mientras sus ojos centellaban de una genuina y absoluta felicidad.
La sonrisa en el rostro del joven de cabellos obscuros se ensanchó un poco más y una cantarina risita brotó de sus labios. Mis miradas se encontraron por unos largos y eternos segundos.
Sin más que decir, el músico se incorporó dispuesto a salir del estudio pero sus paso se vieron interrumpidos por las palabras del artista a sus espaldas.
- Dos-kun! Concédame el honor de continuar siendo mi musa. Permítame seguir intentándolo hasta que mi amor llegue a Dos-kun! Por favor!
El aludido lo observo por sobre el hombro completamente en silencio. Nikolai noto un particular halo de luz en aquellas gemas amatistas que no supo describir ni clasificar adecuadamente.
El joven asintió con la cabeza ante su petición para luego dedicarle una encantadora sonrisa antes de marcharse.Dejando a un Nikolai Gogol rebosante de una absoluta felicidad en la soledad del estudio.
La tarde había caído y los últimos cálidos rayos de luz solar sobre su persona y el retrato de su amado.
Se sentía dichoso por no haber destruido aquel retrato cuando fue preso de su amargo dolor.Gracias a ello, que detuvo sus actos a tiempo, habia sido bendecido por su Dios. Era ahora un hombre renovado, un hombre nuevo.
Ahora tenía una esperanza de ser digno de él y no se daría por vencido hasta lograrlo.Fin./
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Hola a todos~
Me venció la nostalgia por mi amado FyoGol y acabe dedicándole una pequeña historia ;w; 💕
Ojalá haya sido de su agrado~Le deseo muy buenas noches y cuídense mucho 😊
Se despide pero no por mucho tiempo, Lu.

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~ Retrato ~
Romance"Él era un ser divino. Él se había convertido en su musa. Pero era completamente inalcanzable. y solo podía expresar su devoto amor en los retratos en su honor." Oneshot FyoGol ~ Los personajes pertenecen a Asagiri Kafka y Sango Harukawa. Solo la...