Pᴀʀᴛᴇ ᴜ́ɴɪᴄᴀ

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Estaban en ese cuarto una vez más, ambos respirando agitados, avergonzados, sin querer hacer contacto visual.

¿Cómo lo harían? No querían ver la cara lastimada que tendría contrario.

Bakugō Katsuki, un rubio cenizo con ojos del color de la sangre, sin mirar a su amante, empieza a salir de la habitación, necesitaba calmarse para dejar de pelear. Con esta ya era la sexta vez en tan solo cinco días, llevaban más de un mes de esa forma.

- Kacchan - esa voz temblorosa y a la vez tan dulce lo detuvo de su acción, se quedó cerca de la puerta.

- Deku... No ahora, sabes que pasará de nuevo.

Midoriya Izuku era el nombre de aquel chico peliverde, que contenía dos esmeraldas como ojos y pecas en su habitual rostro sonriente; ese mismo rostro que en estos momentos estaba lleno de lágrimas, que parecían no tener fin.

La habitación era un caos, las sábanas revueltas, figurillas rotas de All Might yacían en el piso, sin indicios de poder ser reparadas; además de las claras abolladuras en las paredes.

Sus corazones latían con fuerza, sus pechos se estrujaban, dolía.
Bakugō visualizando la habitación y a Izuku, decidió lo que terminó por romper ambos corazones.

-Deku, vamos a terminar con todo esto.

El peliverde quedó mudo, jamás imaginó que esa relación iba a terminar. Mucho menos después de llevar un año y medio juntos.

- Kacchan, ¿qué dices? Deberías salir fuera a tomar aire y pensar sobre esto con más tranquilidad.

- Es en serio, nuestra relación ya no está funcionando. Lo sabes.

- ¡Kacchan, por favor, piénsalo! ¡No podemos terminar simplemente así! ¡Podemos hacer que funcione aún, solo debemos esforzarnos!

El rubio parecía tener un temple indiferente, sin demostrar reacción a los gritos del pecoso.

- Oye, ya lo pensé. Esto se acabó - Katsuki hizo un ademán de salir de la habitación, acción que se vio detenida por Midoriya, quién se aferró a su espalda, temblando.

Bakugō Katsuki no sabía qué hacer, pensaba una y otra vez: "¿cómo terminar su relación sin que su Deku saliera más lastimado de lo que ya estaba?"
Verlo abrazado a su espalda entre hipidos era desgarrador.

- Maldición, Deku. ¡Ya suéltame! - a pesar de sus rudas palabras, se giró con lentitud y alejó suavemente a Izuku.

- ¡No, Kacchan! ¡No me dejes! - gritó desesperado.

Fue ahí cuando al rubio cenizo se le ocurrió una idea, tal vez estúpida, quizás ingeniosa. El objetivo principal era cortar esa dañina relación que tenían y a la vez hacer que Deku no quedara estancado con su relación amorosa fallida.

- Kacchan, ¿por qué me quieres dejar? ¿Qué hice mal?

- Tranquilo, no eres tú, en realidad es por mí. - Y este fue el comienzo de su designio - Es porque yo ya no te amo, sinceramente... No sé si alguna vez te amé - sí, su plan era ser un bastardo malnacido con su adorable arbusto.

- ¿Qué...? - lamentablemente, Katsuki no estaba preparado para las consecuencias de su "maravillosa" idea.

Si antes de que pusiera en marcha su plan la expresión de Midoriya era desgarradora, ahora era algo descorazonador, lucía devastado.

Era seguro, Bakugō Katsuki terminó de romper a Midoriya Izuku.

Cuando el rubio se percató de su error... Ya era demasiado tarde. Izuku pasó junto a él en silencio, esta fue la victoria que a Bakugō más le dolió.

Sabía que había actuado mal, pero... ¿Qué más hacer? Aunque se atreviera a detener a Izuku, no arreglarían nada, sus peleas se tornaban cada vez peor; antes con un par de besos los problemas quedaban de lado, si los besos no funcionaban seguían los abrazos y caricias leves. Después de un tiempo, los besos y caricias no funcionaban, comenzaron los gritos, primero una frase, luego cada vez que hablaban se gritaban entre sí. Al año se agarraban los brazos, deteniéndose mutuamente, sin que el otro estuviera de acuerdo. Bakugō temía que esos agarres se terminaran formando en hematomas.

Al año y dos meses todo era un caos, se lanzaban objetos y los botaban al suelo. Al año y cuatro meses al discutir golpeaban las paredes, creando abolladuras. Mientras más pasaba el tiempo, peores se volvían sus discusiones, Katsuki odiaba y repudiaba el día en donde ambos se golpearan mutuamente en medio de sus gritos. Si llegaba a lastimar a Deku jamás se lo perdonaría.

Desdichadamente, ya lo había herido.

El peliverde a varios metros del rubio murmuró algo, cualquier persona con una audición normal no lo habría escuchado, lástima que era Bakugō Katsuki quien se encontraba más cerca, y éste estaba acostumbrado a oír en medio de sus explociones.

Cuando éste entendió el mensaje, solo atinó a cubrir sus ojos, mientras pequeñas gotas de agua caían de su mirada rojiza. Una tenue sonrisa se formó en sus labios, primero autodespectiva, luego era una de la más pura tristeza.

- Lo siento, Izuku. Te amo.

"- Quería que me detuvieras."


Fin




Hola a quien haya leído esto, la idea de la historia partió con la última frase. ¿Quedó muy mal? Por favor, dígame críticas constructivas...

Esta es una curiosidad.
El título está en latín, significa "Dichoso aquél tiempo", me costó bastante decidirme por el título correcto, pero al final quise este para representar que antes de que mantuvieran esta relación tóxica, el KatsuDeku tuvieron una época llena de amor, abrazos y caricias. Intenté recalcar bastante que AHORA estaban mal, antes eran felices. No sé si se notará JAJAJAJJS

Eso era todo, gracias por leer, espero haya sido de su agrado ✨

βεατυs IllεDonde viven las historias. Descúbrelo ahora