El olor putrido de la sangre coagulada se saborea en el aire, sonidos incesantes de metralla atravesando carne humana y equina retumban en mis oídos como abejas.
La vista es obstruida por grandes oleadas de tierra desprendida del suelo por constantes detonaciones aliadas y enemigas, es un paisaje desolador.
De pronto todos se colocan máscaras, pero era inevitable, se empieza a percibir el hedor a mostaza procediente del gas, cualquiera que hubiera estado en un campo de batalla sabía lo que se avecinaba, no saldría vivo de ahí, no lo quería, mientras el gas venenoso se cuela por mis orificios nasales veo cuerpos que yacen arrumbados en el suelo.
Y es cuando me pregunto... ¿Cómo llegué aquí?
21 de septiembre 1913
-Hey! Horsie, ¿qué tal si hoy hacemos una carrera? Tú y yo, ¿o a caso tienes miedo?-Me retó Spirit. Spirit era mi rival de toda la vida, era hijo del mejor amigo de mi padre, un potro joven, pero grande y fuerte, extrovertido y energético. Pura sangre árabe, sus patas, crin y cola eran negros, el resto del cuerpo es un cafe brillante claro.
Realmente yo no tenía que envidiarle. Soy un pura sangre inglés, totalmente negro.
-Aquí el que debería de tener miedo eres tú, Spirit, siempre te he dejado comiendo el polvo de mi galope, ¿Qué te hace pensar que ahora podrás ganarme?-Repliqué.
Los dos eramos unos potros, pero teníamos la suficiente edad para competir, teníamos alto rendimiento, pero mi especialidad siempre habían sido las carreras.
-Hace mucho que no hacemos una competencia tú y yo, cuerpo a cuerpo, estoy seguro que esta vez serás tú el que vea una nube de polvo.-Ataco Seguro.
-Pues no se diga más, hoy mismo en el hipodrómo del centro de Berlín. Respondí terminante.
Siempre habíamos sido así de competitivos, continuamente hemos tenido la constante idea de ganarle al otro, así que el sentimiento que tenía al querer aplastarlo era recíproco. Nosotros vivíamos en un establo a las afueras de la ciudad, así que teníamos que apresurarnos para no perder horas de sol.
-Es un buen día, Götzel, el canto de los pájaros, el viento sopla suave. ¿Sabes algo? ¡Es un gran día para una carrera! Llevaré a Horsie, mi joven estrella, se lleva muy bien con Spirit, sería una buena ídea que lo llevarás.-Retó mi Jinete Özil.
Özil era un hombre muy joven y elegante, rico e influyente, me trataba muy bien, era... era un excelente jinete.
-Me parece perfecto. Hace mucho que tengo ganas de probar la velocidad de Spirit contra tu potro predilecto, pero para hacer esto más interesante hagamos una pequeña apuesta, el perdedor invitará una botella de un buen escocés al triunfador.-Propuso encantado Götzel.
Götzel era el jinete de Spirit, un hombre muy serio y con un gusto especial y relativamente dañíno por los tabacos y licores.
En ese mismo momento partimos al centro de Berlín para realizar nuestra justa.
A una hora de camino decidimos descansar a las orillas de las diáfanas y apacibles aguas del río Havel.
Solo tomamos agua y volvimos al camino, era un camino de tierra, a los lados había hileras de árboles cuyas hojas se oxidaban, un aviso claro y fuerte de la llegada del otoño.
Al fondo del camino había una luz, era la mancha urbana de Berlín. Ya habíamos llegado.
-Özil, vamos por unos puros para relajarnos un poco antes de la carrera.
Nos dejaron atados afuera del establecimiento mientras ellos iban a comprar tabaco.
-¿por qué tan serio Horsie? ¿Estás nervioso? ¿Visualizas tu derrota?-Alardeó como de costumbre Spirit.
-Nada de eso Spirit, tú eres el que deberías de estar lamentando haberme retado, mueves muy bien la boca pero dudo que hagas lo mismo con las patas.-Rematé
Calló.
Los hombres salieron de la tabaquería, se montaron y se dirigieron directo al hipódromo.
-Güten Tag! Özil, que buen caballo tienes, lástima que es inglés.-Gritó Neuer.
Neuer era el dueño de aquel gran coliseo, justo ese día no había carreras oficiales, y mi Jinete, un hombre de influencias, se las había arreglado para usar el estadio.
-Así es Neuer, pero este es un muy buen inglés.-respondió mi jinete.
-Es lo que veo, es un caballo muy grande y fuerte, esas patas se ven que corren muy bien, pero ese árabe no se queda atrás, será una buena carrera.-finalizó Neuer.
-Gusto en conocerlo señor, mi nombre es Götzel.-interrumpió el jinete de Spirit.
-El gusto es mío, que gané el mejor.Nos pusimos en la línea de salida, la verdad estaba nervioso, ya era mucho tiempo que no corría con Spirit. ¿Y si me ganaba? No quería quedar humillado, pero tan solo pensarlo me jugaba una mala pasada. Alimentaba mis ancias.
-Es la hora de la verdad Spirit, ¿listo para morder el polvo?-Presumí para ver su reacción.
-Cuando estoy en el campo no alardeó Horsie, solo demuestro.-Respondio terminantemente Spirit.
Me puse nervioso, se veía seguro de si mismo, tenía una postura recta, una mirada al frente decidida, serena, realmente está empeñado en ganar, me aterraba.
¡BOOM!-Sonó el disparo de una Magnum calibre 44.
Al unísono Götzel se agacho y Spirit galopó.
Me congelé, no estaba preparado, me había destruido solo unos milisegundos.
-¡ANDA!-gritó enfurecido Özil.
Reaccioné, galopé.
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La desolación de un potro alemán
Non-FictionEstá es la historia de un caballo en la Primera Guerra Mundial.