One-shots JonDami/DamiJon

Como un Sol

DamiJon

La noche había caído y con ella dos pequeñas sombras. El patrullaje era tranquilo, los últimos días no hubo actividad peligrosa, solo unos cuantos ladrones primerizos, no más.

Pasadas las horas, en las que Damian y Jon hablaron como casi siempre, el más pequeño anunció su retirada.

- D, ya es muy tarde, tengo que irme.

Damian no dijo nada por unos segundos, solo se escuchó el característico «T.T».

Jon suspiró, no quería irse realmente, la noche era hermosa, con el clima perfecto, además, se encontraba junto a Damian, el chico que le gustaba desde hace unos cuantos meses, el chico que despertó en él sentimientos que nunca antes en su corta vida había sentido.

- ¿Tu madre no te castigará, crybaby?

Jon sonrió. El chico de ojos jade sintió a su compañero acercarse y abrazarlo por la espalda, a lo que él, molesto, intentó por todos sus medios liberarse, aunque era bien sabido que en su interior lo que menos quería era dejar la calidez de tan añorados brazos.

- ¿Preocupado por mí, Robín?

- Ni un poco.

Luego de eso ambos chicos estuvieron "patrullando". Jon reía, se sentía tan feliz como nunca antes, Damian se divertía, muy a su manera, y para ambos la mágica noche pasó más rápido de lo deseado.

Esa noche aquello que los bloqueaba se esfumó, sus sentimientos, aunque seguían algo ásperos y turbios, florecieron poco a poco, fueron aceptados.

- Está a punto de amanecer

Comentó Jon recargándose de la baranda en la terraza a la que apenas habían llegado. Jon veía atento para no perderse la salida del sol, Damian miraba la emoción de Jon embobado, acercándose lentamente sin mirar por donde andaba, motivo por el cual tropezó causando la instantánea risa de su lindo chico de ojos azules.

Molesto se acomodó a un lado de Superboy, golpeando su brazo y pierna en el proceso. Jon seguía riendo a pesar de los golpes.

El sol comenzó a salir, un amanecer hermoso, sin duda.

Pero el pequeño Wayne tenia algo más interesante que ver, tenía a su propio sol, brillando junto a él, riendo encantador.

- Oh no - exclamó el hijo de Clark secándose las lágrimas de tanto reír - me perdí lo más emocionante del amanecer ¿Tú lo viste?

Su acompañante sonrió.

- Claro que lo vi, a detalle.