R

3.1K 380 2
                                    


 [Jimin]

Odiaba despertarme antes de que Yoongi terminara sus clases, siempre que sucedía eso y no podía volver a conciliar el sueño, terminaba arrastrándome por el cuarto en busca de algo que me entretuviera, y para mi desgracia, en estos momentos no había más chocolatinas o chucherías.

- ¿Y ahora que mierdas hago yo?

Volví a tumbarme en la cama con actitud alicaída, decepcionado por no poder pasar cada minuto de estos días con él. Era consciente de que a diferencia de mí, él seguía teniendo su horario de clases normal, pero aún así me dolía, cada minuto lejos de él se sentía completamente desperdiciado.

Agarré el móvil, desperezándome entre las sábanas, arrugándolas con mis pies y revolviéndome entre ellas mientras buscaba una posición cómoda en la que pasar las dos horas que faltaba para que volviera Yoongi. Abrí uno de los incontables juegos que ocupaban la memoria de mi móvil y comencé a viciarme como el ser más friki existente en este planeta, seguramente agrandando las pupilas con cada victoria como si de una droga se tratara.

- ¿Estás despierto?

Esa voz...

- ¡YOONGI! -exclamé eufórico, tirando el teléfono a una parte del colchón y dándo un pequeño salto, terminando por colocarme sentado sobre el colchón al estilo seiza, de rodillas con el trasero pegado a mis talones y las manos sobre mi regazo. Él se acercó y me revolvió el pelo con cariño, haciéndome pensar que probablemente en este momento nos veíamos como un perro y su dueño, y lo mejor es que me daba exactamente igual. - ¿Bajamos a comer?

- Aún me queda la última clase -respondió antes de agacharse para dejar un breve beso sobre mis labios, los cuales ahora formaban un puchero. - Solo subí a coger el cuaderno, que se me olvidó meterlo en la mochila.

- Me aburro mucho... -murmuré agarrando su mano y tumbándome con desgana en la cama, sin soltarme de él. - Quédate y hacemos algo divertido.

- No me tientes Minie -respondió firme tras observarme fijamente durante unos segundos.

Se soltó del agarre bajo mi desconcertada mirada, pues no lograba comprender ese cambió de humor, solo había propuesto pasar un rato divertido. Aún cuando le vi saliendo del cuarto, tan apresuradamente que ni siquiera me besó para despedirse, seguía dándole vueltas a su repentino y extraño comportamiento.

Y entonces caí.

Y sonreí, deshaciéndome de todo ese nerviosismo y preocupaciones que me invadían hacía apenas unos segundos. Sin pensarlo dos veces, abrí el móvil y seguidamente su conversación.

DESCUBIERTO    |     YOONMIN     |       ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora