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El elegante hombre se ajusta su traje negro mientras se observa en aquel espejo con satisfacción en el rostro, otro día de trabajo para el CEO Kim NamJoon, uno de los empresarios más importantes y reconocidos en todo Corea, su vida laboral era simplemente impecable y perfecta, pero no podía decir lo mismo en el ámbito personal. Estaba casado con Park JiMin, un hermoso chico de sonrisa encantadora y cuerpo tremendamente sexy, NamJoon siempre se sintió impactado, cautivado pero sobre todo atraído por él, aún no comprendía en que momento cambiaron las cosas.

Solo podía darse cuenta de que ya no sentía lo mismo, su esposo no se veía mal, era radiante pero, algo se apagó en su relación y en definitiva ya no sentía lo mismo por el menor y eso le daba una culpa tremenda, no era justo hacerle de lado a ese hombre que en todo este tiempo le ha dado amor y cuidados. Pero las cosas a veces no son como uno quiere, simplemente son como deben de ser.

— Amor ya está listo el desayuno — se dirige a Kim con una sonrisa resplandeciente.

— Gracias cariño — camina en su dirección y le da un pequeño beso en la mejilla a JiMin.

Esperaba más, en realidad, JiMin necesitaba algo como de esos besos intensos que solían darse cuando estaban recién casados, pero hace tiempo que el moreno no se dirigía a él con esas intenciones, ya no era apasionado, ya no lo tomaba de repente para hacerle el amor, ya no quedaba nada de ese tiempo.

El mayor solo tomó el desayuno en silencio, no lo miro, no podía, era peor tener el descaro de mirarlo sin esa luz en la mirada. Al terminar se ajustó la corbata y a fuerza de voluntad dió un beso fugaz en los labios de JiMin para despedirse e ir a la oficina, el menor no dijo nada, solo lo vió partir como todos los días.

El CEO llegó a su empresa y todos le recibieron con respeto, le saludaban las secretarias y recepcionistas, trataban de ser interesantes para el señor, era un acto bastante estúpido de su parte, jamás le gustaron las mujeres, las consideraba seres demasiado superficiales, en cambio los hombres no debían maquillarse y ponerse ropas con escotes para ser perfectos y llamativos, ese era su punto débil, un hombre elegante e inteligente. Antes de entrar a su oficina saludó con interés a su asistente personal, un hombre bastante guapo y distinguido, desde hace tiempo NamJoon le había tomado interés, y cómo no si era una tentación enorme, bien vestido, formal, serio, comprometido con su trabajo y muy profesional, tanto que le daba dolor de cabeza tenerlo cerca sin hacer algo indebido.

Era honesto consigo mismo, Kim SeokJin le gustaba y mucho, un chico así no se ve todos los días, en su mente se creaban los más turbios pensamientos cada que lo tenía enfrente, y más cuando meneaba sus caderas de un lado a otro al caminar, se burlaba, sabía perfectamente bien que el jefe lo miraba con deseó y a pesar de saber que era un hombre casado, que ambos lo eran, jugaba con fuego.

Kim SeokJin, el asistente personal del CEO Kim, un trabajador impecable y de la entera confianza del moreno, era perfecto en lo que hacía para ganarse la vida. En el aspecto personal se encontraba de maravilla, estaba casado con Kim TaeHyung, un hombre guapo y de carácter amable, maduro, con una sonrisa cuadrada que derretía a Jin, su relación era perfecta y en lo pasional no podía quejarse, Tae siempre sabía como satisfacerlo y hacerlo sentir bien, lo amaba mucho, y era mutuo ese amor.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2022 ⏰

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Infieles [NamJin] *{OneShot}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora