Me sorprendí al ver como los vidrios de la ventana se habían empañado tan rápido después de que estuviera tan entretenida y maravillada mirando hacia afuera; al hermoso paisaje. La tela que cubría mi cuello y parte de mi boca hacía que al respirar, el aire subiera e hiciera que el vidrio de mis anteojos quedara igual de empañado que las ventanas del carro. Podría habermelos quitado, pero cuando lo hacía automáticamente mi cabeza comenzaba a doler, y ese no era un sentimiento agradable y para nada amistoso.
Habían momentos en que sentía que amaba el clima que helaba la piel y congelaba el alma, pero otros momentos sentía que lo odiaba. Es decir, el verano es más divertido, y no lo digo yo, lo dicen las piscinas, los días soleados, y las noches en las que te puedes quedar fuera mirando el cielo estrellado o charlando con alguien. Sí, extrañaba el verano, el hermoso verano. Pero, el invierno también suele ser divertido, si te esfuerzas. Quedarse acurrucado en la cama, sin mosquitos y sin sudor, viendo series o películas hasta ya no aguantar más de sueño. O salir a jugar a la nieve, mientras haces ángeles en el suelo, o haces guerras de bolas con tu familia o amigos. O como también me gusta, sentarme a ver el cielo, y admirar como la nieve cae hasta chocar con el suelo.
No alcancé a saber que me gustaba más cuando sentí que el carro se detenía y ya debía bajar. Tenía que trabajar, y me avergonzaba de que mis padres tuvieran que llevarme ya que no tenía licencia de conducir, pero no podía quejarme; prefería eso antes que tomar el autobús, el cual nunca pasa a una hora exacta y con eso me arriesgaba a llegar tarde o demasiado temprano. Me conformaba con saber que mis padres se preocupaban tanto como para siempre llevarme puntualmente al trabajo, y siempre les agradecía por ello.
Trabajaba en una pastelería que no estaba muy cerca de mi casa, siendo sincera. Aunque no era lo que más me hubiera gustado hacer, se me daba bien, y no podía negar el empleo. Esta pastelería queda en Estados Unidos, más precisamente en California, y aún más preciso, Los Ángeles. Nací allí, pero parece que no le caí bien a mis padres coreanos, porque en el momento en el que llegué al mundo me dieron en adopción. Espero jamás se arrepientan porque amo a mi familia y no la cambiaría por nada, se que ellos tampoco lo harían.
Sí, soy adoptada. Tengo una madre, un padre, y un hermano mayor. Mi mamá se llama Rebecca Thomas de Wheeler, mi padre, Marco Wheeler, y mi hermano, Louis Wheeler. Éramos una familia feliz, y me alegraba saber que mis padres estában enamorados y eran felices juntos. Mi hermano, pues... Sí salía con chicas, pero no le aguantaba mucho a ninguna porque él siempre fue más de ser libre y poder estar con quién quisiera; sin ataduras. Respecto a mí, no salgo con muchas personas porque sólo me relaciono de forma amistosa con todo el mundo. Y digamos que a las chicas de allí no les gustaban las raras, y tampoco me había cruzado con muchas chicas que gustaran de otras chicas... Aún recordaba con pena la vez en la que me enamoré de una heterosexual; me prometí que no volvería a pasar.
Tenía 18 recién cumplidos, y faltaba poco para comenzar mi último año en preparatoria, y así pronto podría ingresar a la Universidad. Yo, Jihyo Wheeler, ingresando a la Universidad, era un gran logro, y aunque siempre se me había dificultado demasiado, trataba de esforzarme, porque era la única forma de enorgullecer a mamá y papá. Y, bueno, a mí también.
- Otro día fantástico, ¿no? - observé como mi papá se volteaba a verme con una sonrisa divertida.
- Lo será, lo prometo.
- Esa es mi chica positiva -. estiró su brazo hasta que su mano cayó sobre mi cabeza, donde sentí leves caricias.
Tomé mi bolso y mi teléfono y me apresuré a bajar del carro -. Adiós, gracias, ¡los quiero!
- También te queremos, cariño.
- No olvides que estáremos en casa de tu tía Jennifer así que no nos esperes, camina hacia allá, ya sabes el camino imagino -. dijo mi mamá sin voltear a verme.
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accept it. ⇝ sahyo
Fanfictionsahyo. ↴ 〖sana × jihyo〗 Jihyo es encantadora, frágil como el pétalo de una rosa, cualquier persona que le conoce le adora; no hay límites para ella. Trabaja en una pastelería común y corriente, y aunque intenta no llamar la atención, todos siempre...