Prólogo

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Siempre he oído decir que “la vida da mil vueltas”, y es verdad. En lo poco que he vivido, lo cual no me califica a los ojos de las personas mayores como experimentada, me he dado cuenta de esta realidad. Uno nunca se imagina que va a encontrarse en el futuro con personas no deseadas, que de pronto se va a encontrar teniendo una verdadera amistad con personas las cuales nunca creyó que fuera a conectar tanto, tan solo porque no se relacionaban o no habían hablado en la vida, solo personas conocidas de lejos. Pero las cosas suceden así, inesperadamente, y ni cuenta nos damos, al no ser que seas una persona reflexiva como yo y tomes tiempo para meditar y pensar en las experiencias de la vida, y siempre se quiere saber el motivo y el origen de los acontecimientos. Pero desgraciadamente mi querido amigo, no se puede ni se logra  saber todo en esta vida. Todo sucede por una razón que a veces llegamos o no a descubrir su causa. Y siempre es para nuestro bienestar.

Seguramente te debes estar preguntando, y permíteme el tuteo, porqué hablo de todo esto de la vida como si fuera un tratado filosófico, lo cual no es. Pero, realmente sobre las vueltas que da la vida tratan nuestras historias. Sobre personas que nunca más pensaste que volverías a ver en tu vida, o que simplemente ni recuerdas, y un día casualmente te topas con ellas, y dices, ¡Wao! ¡ Cómo ha pasado el tiempo! ¡Realmente eres tú! ¡Verdad, tú existes! Y otras expresiones parecidas. También hay personas que siempre pensaste que iban a estar a tu lado por años apoyándote y amándote, y de pronto te desilusionan, te traicionan, te hieren, te dan la espalda; y sin percatarse de ello, esas mismas son reemplazadas por personas maravillosas en nuestra vida, personas que también te fallan, imperfectas, pero que las ves de una manera diferente porque te han demostrado su verdadera amistad.

En fin, la vida es un sinfín de sucesos inesperados, y sobre esto trata mi vida. Yo, Sarah López, de tan solo veintisiete años, me he topado con cada cosa que a veces me siento una señora de setenta años. Tantos golpes y sorpresas unas detrás de las otras. Y ya no te aburro más con mis reflexiones. ¡Empecemos de una vez y por todas!

Walk in circles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora