Sariel

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Estabas caminando en el bosque tratando de distraerte, ya que recientemente habías peleado con tu madre, la deidad suprema. Ella estalló cuando descubrió que habías hecho amistad con un demonio, además de tratar de convencerla para que terminara con la guerra. Según ella era la idea más horrible y estúpida que pudieras pensar, hasta el idiota de Ludociel había metido sus narices en la conversación, apoyando obviamente a tu madre, además de los otros dos arcángeles Tarmiel y Sariel que nada más se dedicaban a mirar, a pesar que de vez en cuando mirabas al pequeño de cabello azul.

Te llevabas muy bien con esos dos, pero pasabas más tiempo con Sariel, era divertido, serio cuando la situación lo ameritaba y sabías que tenía un gran corazón junto con el que te robó.

----Flashback-------

Desde que lo viste por primera vez, cuando tu madre presentó a los cuatro arcángeles. Estabas junto con tu hermana Elizabeth, solo lo veías a él, te pareció el ser más lindo que pudieras haber visto.

Podrías haberlo contemplado todo el día si no fuera porque tu hermana te dio un codazo y dijo:

Eli: (T/N), ¿estás bien? – riéndose- pareces ida.

(T/N): Oh, si Eli solo miraba la decoración, que lindo todo de blanco -dijiste nerviosa-.

Eli: Si, claro la decoración -riendo- Bueno esa parte de la decoración que estabas viendo está caminando hacia acá.

En un momento entraste en pánico, pero Elizabeth tomó tu mano. Así que uno por uno se fue presentando a ustedes, Mael, Tarmiel, Ludociel y por último él.

Sariel: (T/N)-sama -reverenciando- Soy Sariel uno de los cuatro arcángeles y de ahora en adelante uno de sus súbditos, le ayudaré en todo lo que necesite.

(T/N): Mucho gusto Sariel, espero eso con ansias- decías esto mientras tomabas su cara y le plantabas un beso en su mejilla- el solo sonrió-.

Desde entonces has tratado de llamar su atención, pero al parecer no te hace caso.

--------Fin del Flashback-----------------

Suspiras, ya que no querías pensar más en eso y sigues un camino que sabes que llevará a un rio, pero de pronto escuchas voces y puedes distinguir dos sombras a lo lejos. Parecía ser Elizabeth y ¿Meliodas?

Te acercas lentamente, los ves a ellos animadamente y sonríes, después de todo Meliodas era el amigo que habías hecho y pensar que le estuviera haciendo ojitos a tu hermana menor era muy gracioso.

Por cierto, Elizabeth era la única que no te juzgaba por tu forma de ver a la raza demoniaca, pero sentías que ella no quería hablar mucho del tema y ahora sabes por qué.

Tratas te irte antes de arruinar el momento, pero pisas una rama y se rompe, provocando que se escuche un ruido muy fuerte, alertando a la pareja que estabas espiando.

Meliodas:- levantándose- ¿quién está ahí?

(T/N): Ah-saliendo de su escondite- soy yo- haciendo una cara de niña tratando de sonar nada culpable por espiar-.

Eli/Meliodas: ¡¡¡(T/N)!!!-Sorprendidos- ¿Qué haces aquí?

(T/N): Lo siento, no quería arruinar su cita-riendo levente mientras los otros dos se sonrojan- yo solo trataba de encontrar paz después de una pelea con Madre y evitando pensar que la persona que amo no me corresponde - sentándote a la orilla del rio-.

Eli: -hincándose junto a ti- Con Madre no podemos hacer nada, pero estoy segura que Sariel siente algo por ti.

Meliodas: ¿Hablas del arcángel enano?

Nanatsu no taizai One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora