Entre Dimensiones

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ENTRE DIMENSIONES

Podemos considerar a nuestro universo como un lugar extraño y diverso, su totalidad nos abruma, en determinadas ocasiones se nos escapa de nuestra comprensión y en otras ocasiones lo que comprendemos nos asusta tanto como en el caso de los psicodélicos donde psiconautas afirman haber tenido contacto con seres extraterrestres, extra dimensionales o con seres salidos de la mitología antigua, pero ¿Qué hay de cierto en ello? ¿Serán alucinaciones que provoca nuestro cerebro? ¿O realmente hay un contacto?

Esto es lo que se preguntaba el joven Adrián cuando leía los libros del etnobiólogo Terence Mackenna, dicho autor le sirvió de impulso para realizar por sus propios medios, un viaje psicodélico acompañado de dos amigos, por lo cual decidió mirar por los ojos de la pastora y adquirió Salvia Divinorum.

Estuvo meditando durante unos días si de verdad quería hacer una toma de Salvia ya que le ocasionaba un leve miedo, ese miedo era ocasionado por el pensamiento de no saber a que se enfrentaba, no sabía como iba a impactar dicha sustancia en su organismo, ni si quiera se hacía una idea de qué tipo de alucinaciones le esperaba. Después de esos días de reflexión decidió marcharse al campo con sus dos amigos. Cogieron una pipa de fumar, la salvia y un soplete.

Luego de varios minutos llegaron a la vereda de un río donde se sentaron a descansar y donde posteriormente realizarían la toma. Juan no paraba de decir que quería ser el primero en probar la sustancia y Mario no estaba tan seguro de hacerlo. Cuando Adrián mostró la Salvia los demás acompañantes se mostraron temerosos <<Una cosa es decir que lo vas a hacer y otra muy diferente hacerlo>> solía decir Juan. <<Estoy preparado>> dijo con firmeza Adrian. Luego de esas palabras sacaron la pipa, pusieron la Salvia y la fumaron. Los primeros efectos eran bastante sutiles, parecidos a los de la marihuana, tenían risas espontáneas, también se podía apreciar una relajación y una unión con el entorno. En el segundo tiro los efectos eran más pronunciados, <<noto como si una mano me estuviera tirando hacia atrás, como si quisieran que me tumbara>> decían los tres jóvenes. Al tercer tiro ya empezó su viaje, Juan cerró los ojos y se tumbó para relajarse, Mario no paraba de reír <<Puedo verme de niño en una bañera antigua donde está cayendo el agua conmigo dentro>> expresaba Adrián. Esa imagen le duró apenas diez segundos, o al menos es el tiempo que él creyó que transcurrió, luego en un ataque de asombro, en su mente se le apareció la imagen de un ser de tres caras, sus ojos eran como galaxias, su temperamento digno de un monje en estado de meditación, su color era anaranjado con leves tonos azules y transmitía una paz que se asemejaba a la benevolencia de un dios. Pero esa imagen pronto desapareció. Abrió los ojos y tenía la sensación de estar atrapado <<Siento que esta realidad es una simulación y todo lo que ven mis ojos es un programa de ordenador>> expresaba Adrián. Después de esas palabras le comenzó a dar un leve ataque de ansiedad, no le gustaba lo que estaba pensando, no lo podía controlar y la falta de control hacía que su ansiedad aumentara <<En apenas veinte minutos esto se te pasará>> decía Juan, pero lo que Juan no entendía era que Adrian se sentía atrapado en un lapso de tiempo, la Salvia había realizado una distorsión temporal en su mente que le hacía ver que los segundos pasaban mucho más lentos de lo que pasaban en realidad, parecía que el tiempo se había parado se veía sumergido en una escena digna de la película The Matrix. La siguiente frase le heló la sangre a Juan <<Siento que estoy dentro de un generador de universos que está dentro de la morada de un dios malvado que solo tiene este universo como una decoración más de su casa>> Adrián podía ver en su alucinación a diversas civilizaciones extraterrestres en diferentes ''generadores de universos'' en las que él sabía que como él solo eran simulaciones. <<Dios es malvado, viste de ropas negras, tiene pelo largo, negro y no tiene cara>> y de pronto todas las alucinaciones desaparecieron y todo lo que estaba viendo se esfumó de un plumazo dejando un vacío en su pensamiento. <<Ves que se te iba a pasar>> comentó Mario. Los sudores fríos corrían por la frente de Adrián, se sentó en el suelo poniendo las manos en sus ojos, estuvo así un cuarto de hora << ¿Qué demonios era lo que he visto?>> es lo que no se paraba de preguntar.

Pasaron días, semanas desde la experiencia con la Salvia Divinorum, << Acabé el viaje con más preguntas con las que había entrado>> es lo que solía decirle a los amigos, también les concienciaba sobre el uso de esa sustancia, diciéndoles que no era para cualquier persona, que podían sumirles en el delirio más profundo y no salir. Desde entonces comprendió el estigma de las drogas en la sociedad, no solo se trataba de una sustancia nociva para su salud (cosa que tanta veces se no ha metido en la cabeza con las campañas antidrogas) si no que, no conocemos apenas nada sobre ellas, no sabemos a lo que nos estamos enfrentando hasta que plantamos cara a la sustancia, desconocemos las dosis exactas para una persona humana de Salvia Divinorum, además con el gran estigma que posee nuestra sociedad esto no da pié a que se realicen investigaciones para salir de dudas, no, simplemente se estigmatizan y se prohíben, lo cual con el desconocimiento sobre las drogas solo lograremos accidentes, malos viajes y posibles muertes con drogas que aparentemente consideraríamos como no letales para el consumo humano. Para que esto no suceda deberían de crearse campañas para la normalización de estas sustancias y para que se usen en investigaciones de carácter científico antes de que pueda caer en manos de un civil que no sabe que está ingiriendo y así poder salvarle la vida además de garantizarle un viaje por su mente con seguridad y con mayor tranquilidad.

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