No envidio a aquella que hoy día te dará lo que nunca permitiste que siguiera, al contrario que suerte tuvo de no despertar en ti ese odio que sentiste hacia mi. El rechazo de tus palabras siguen en mi mente, y créeme por amor a Dios que no es por ti, porque no siento nada, es por mi, porque no seguí con eso, ¿por que me aferre tanto?. Nunca volví a ser la misma y espero conseguir a alguien que despierte en mi quien era.
Ahora doy un paso y retrocedo dos, la confianza para mi ahora es una decisión y no un sentir, estoy alarmada a todo, no espero nada de nadie, no creo en nada, y solo fluyo a ver si siento algo. Me miraste fijamente mientras estaba acostada y me dijiste: "Mira quien eres".
Y decidí quererme, sin aprovecharme de mi misma, conocerme tanto que empecé aprovechar mis debilidades, confiar en mi, tomarme mi tiempo y no ir contra corriente... Aprender a ser mas yo y no como las personas quieren que sea. Esa es la mayor lección de vida.
Ha pasado el tiempo, y la única mejora que he obtenido es que en vez de toparme con personas que me absorban ahora me dejan algo que llorar. Así es como me cuesta entender y aceptar quienes somos.
