ADVERTENCIA DE CONTENIDO ADULTO
Esta historia puede dañar a un publico sensible, contiene escenas sexuales y vocabulario obsceno.
"¿Creen en las historias de vampiros? ¿esas que solíamos escuchar de nuestros abuelos cuando éramos pequeños, o que sim...
Se que este ha sido el final y, pese a que traté de convencerme a mí mismo que lograría por primera vez hacer a un lado mi fetiche, no pude y no se si algún día podré hacerlo.
Sin embargo, lo intentaré... aunque ella ya no esté aquí para entonces.
Mi error fue negarme a la existencia de mi horrible pasado, el no enfrentarme a él y dejarme ayudar como tantas veces Lennin quiso hacerlo.
No es tarde para mí tomar el control de mi vida, aún estoy a tiempo. Me hubiese gustado haber tomado esta decisión antes de conocerla, porque ahora no tendría porqué verla marcharse, pero no lo hice.
Así que, como desde el principio lo he sabido, no soy y, probablemente, nunca seré merecedor de un amor como el que siente por mí.
Pese a todo mi razonamiento hay algo que aún no logro comprender... ¿por qué se enamoró de mí? Apuesto que niquiera ella sabe la respuesta.
Esta noche tengo miedo de dormir, y no por las pesadillas de mi pasado que me han atormentado por años, sino porqué sentiré que habrán pasado cinco minutos desde entonces hasta el momento en el que despierte, y no quiero despertar si el precio es no volver a verla.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Amelia
- Terminé - musita Pamela, la maquillista.
Sonrío mientras veo mi rostro en el espejo, mi sonrisa no refleja en nada como me siento en estos momentos.
- Gracias, Pamela.
- Ha sido un placer, y ánimo, hermosa, no parece que hoy vas a recibir tu premio - sonríe.
- Estoy nerviosa, es solo eso.
- Entiendo - se acerca a la salida -. Mucha suerte está noche, Amelia.
- Gracias - le sonrío por última vez antes de que se marche.
Me pongo de pie con cuidado, porque la herida duele mucho, fue más profunda que las demás. Algo es seguro y es que cuando sane habrá una cicatriz en su lugar que ninguna pomada mágica podrá quitar. Me observo detenidamente en el espejo.
El maquillaje es discreto, natural, el vestido blanco es precioso, es pegado desde mi pecho a la cintura y de abajo es suelto. Los tacones son blancos también y de tirantes.
Siento como si aún estuviera dormida, ojalá así fuese, porqué sería la única forma de evitar este día.
No estoy lista para hoy, ni siquiera quiero pensar en esto, me niego a creer que el final de mi historia con Aston ha llegado.
Quisiera volver al pasado, al momento exacto en el que papá aún vivía, cuando todavía era una niña. Nada me preocupaba, todo era tan sencillo.
- ¿Estas lista? - Rosita se asoma por la puerta.
- Si - suspiro -. Te ves preciosa, Rosita.
- Gracias - da una vuelta sobre si para modelarme.