capítulo 2: decisiones

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Tras aquel encuentro pongo rumbo a casa de mis padres con mis pensamientos alborotados.  Subo en el ascensor y en el rellano me espera mi madre con una gran sonrisa.

M: que ganas de verte cariño!- me abraza

S: yo también tenía ganas de veros- pasamos dentro y veo a mi padre haciendo la comida- ummm lasaña- digo relamiéndome

P: para una vez que vienes habrá que hacerte algo que te guste no?- sonrío y le abrazo- todo bien princesa?

S: todo bien

Comemos contándonos lo poco que nos ha pasado en este meses sin vernos. Después coloco todas las cosas en mi habitación dejando a mis padres entretenidos con Dani.

M: cada vez se parece más a su padre

S: lo sé- digo sentándome en el sofá- acabo de verle- mis padres me miran directamente- estaba con Alba, Dani y Álvaro, han venido a pasar unos días- hundo mi cara entre mis brazos apoyados en las rodillas, nadie dice nada, sé que están esperando a que diga algo-  me han invadido tantos recuerdos, está tan guapo- consigo decir al borde del llanto- por qué aparece ahora?, por qué?

P: chss, tranquila- me acaricia la cabeza

M: qué vas a hacer?

S: no lo sé- digo cogiendo al niño para darle el pecho- prefiero no pensar en el futuro, hay que vivir el día a día.

P: así se habla mi vida

*narra David*

Dios, Sara, hacía tanto que no la veía, casi un año, está preciosa; fui un completo imbécil al perderla y dejarla marchar, me arrepiento tanto. Y el crío, que bonito es, con su pelito castaño, esos ojos oscuros, su piel tostada…, se parece tanto a mi sobrino cuando era pequeño.

Espera, David céntrate, ese niño podría ser tu hijo, un niño de los dos; dijo que tenía dos meses y si sumamos los de embarazo, podría ser mío, por aquel entonces todavía estábamos juntos. tengo que averiguarlo, saber si soy padre e intentar recuperar a la que fue y siempre será la mujer de mis sueños.

Cogí mi móvil y busqué el número de Sara, no sabía qué decirle o cómo hacerlo, cuando Álvaro entró en la habitación me vio dando vueltas por esta desesperado.

Á: para, que me vas a marear

Dd: no puedo estoy nervioso

Á: se puede saber qué te pasa?

Dd: creo que el niño de Sara es mío, y quiero recuperarlos, a los dos - Álvaro se quedó atónito- pero no sé qué decirle o cómo actuar

Á: yo… creo que primero deberíais de hablar los dos sobre lo que pasó, ver si hay oportunidades

Álvaro tenía razón, necesitaba explicarle lo ocurrido y a partir de ahí comenzar el camino para recuperarla. Decidí llamarla

Dd: Hola Sara, soy David…; me preguntaba si querrías quedar conmigo para tomar algo?......;necesito pedirte perdón y aunque no volvamos a estar juntos - se me estaba partiendo el alma al decir esto- por lo menos seguir siendo amigos….; vale, allí nos vemos, hasta mañana.

Pfff, había accedido, va a ser duro, pero al menos vamos a hablar.

*Al día siguiente*

D: puedes parar tranquilo dos minutos seguidos?!!

Dd: lo siento, pero estoy muy nervioso

Á: ya sabemos que esta tarde has quedado con Sara, pero no puedes ir así

A: tienen razón, tienes que tranquilizarte

Intenté hacerles caso, pero mis nervios no se iban; por fin llegó la tarde, me arreglé y me dirigí al lugar acordado. Al poco de llegar apareció ella con su melena suelta ondeando por el aire.

Dd: hola- le saludé con dos besos

S: hola

Se hizo un silencio incómodo

Dd: quería hablar contigo, tengo mucho que explicarte

S: no necesito oír nada David- dijo triste

Dd: pero yo necesito explicártelo- le agarré la mano que tenía encima de la mesa- aquel día no sé lo que me pasó, no entiendo por qué lo hice

S: pero lo hiciste y eso ya no tiene solución

Dd: Sara por favor, perdóname- al borde del llanto- no sé cómo acabé con aquella fan en casa, ni como acabamos en la cama, lo único que sé es que me arrepiento muchísimo, es de lo que más me arrepiento en esta vida- me sequé las lágrimas que corrían por mis mejillas. Ella también tenía los ojos llorosos- este tiempo sin verte a sido el peor de mi vida, me faltaba algo, una parte de mi ser, de mi alma,…, me faltabas tú.

S: yo no puedo hacer como si nada hubiera pasado, como si aquel día no os hubiera encontrado- miró para otro lado evitando llorar-no puedo. Yo tampoco lo he pasado bien sabes?, pero me hice fuerte por el niño - se quedó callada, dándose cuenta de lo que acababa de decir, si ya tenía mis sospechas me las estaba confirmando- tenía que sacarle adelante.

Dd: el niño es mío verdad?- le miré a los ojos

S: sí

Dd: por favor perdóname, perdóname , es lo único que te pido- supliqué llorando

S: si es lo que quieres te perdono, quedamos como amigos, nada más

Dd: gracias, muchísimas gracias- ella se limitó a esbozar una media sonrisa- quiero, si no es mucho pedir, pasar tiempo con el crío; no pretendo separarlo de ti, sólo poder disfrutar de él y sentir lo que es ser padre

S: yo no te voy a impedir que veas al niño, es tu hijo y también tienes derecho a verle crecer y pasar tiempo con él- al oír eso una enorme sonrisa se dibujó en mi cara- ahora vamos a pasar una semana en casa de mis padres y después volvemos a Madrid, cuando estemos allí ya hablamos y vemos cómo organizarnos

Dd: de verdad, que gracias. Podría ver al niño durante esta semana?

S: claro, si quieres vamos ahora a por él, está con mis padres, y vamos a dar un paseo

Dd: me parece genial.

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