Adaptación de Think of the Mail! de Epccjl
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Juliana cayó de bruces sobre su cama y gritó contra su almohada. ¿Cómo pasó esto? ¡Dios, por favor, mátame ahora! ¡No había forma de que pudiera verla de nuevo sin morir de vergüenza!
---- Más temprano ese día ----
Valentina y Juliana acababan de llegar a casa de la escuela y, como de costumbre, los dos papás de la castaña todavía estaban en el trabajo. Las chicas normalmente pasaban este tiempo comiendo algo rápido y haciendo sus deberes antes de ver la televisión, escuchar música o simplemente charlar. Por supuesto, ahora que su relación había pasado de amigas a novias, también pasaban este tiempo besándose en el sofá.
Hoy fue uno de esos días. Las dos chicas estaban ubicadas en el cómodo sofá de la sala de estar con Valentina de espaldas y Juliana encima de ella. En estos momentos, Juliana tenía su mano izquierda colocada en la cadera de Valentina mientras su mano derecha subía lentamente por el estómago de la castaña bajo su suéter. Su relación aún estaba en su infancia, pero las dos habían dado tantas vueltas alrededor de sus sentimientos durante tanto tiempo que estaba destinado a suceder. Hoy era lo más lejos que habían llegado las dos. Por lo general, era solo una sesión de besos suaves y eso era todo, pero hoy las cosas se pusieron un poco más intensas.
Juliana arrastró suaves besos por el cuello de Valentina mientras su mano alcanzaba el pecho de la otra chica, escuchar a Valentina gemir bajo su toque, la alentó para continuar. Juliana nunca había estado más excitada en su vida. De acuerdo, siempre se excitaba cuando Valentina estaba cerca, pero esto era totalmente diferente. Suavemente pasó la mano por el pecho de Valentina explorando el nuevo territorio. Nunca antes había tocado los senos de otra chica, pero a juzgar por lo mucho que se estaba divirtiendo, sabía en ese momento que se volvería adicta.
Valentina continuó emitiendo pequeños gemidos de placer mientras Juliana continuaba explorando su cuerpo y comenzaba a retorcerse debajo de la morena. Al hacerlo, terminó maniobrando sus posiciones para tener su pierna entre los muslos de Juliana. En este momento, Juliana se separó del cuello de Valentina y miró a Valentina, cuyos ojos estaban llenos de deseo. Nunca la había visto así antes y solo verla la estaba dejando húmeda. Valentina, vacilante, aplicó una pequeña cantidad de presión al centro de Juliana y debido al hecho de que solo vestía con su uniforme de porrista y Valentina usaba una de sus faldas pecaminosamente cortas, la castaña podía sentir la gran evidencia de que Juliana definitivamente se estaba divirtiendo.
Amando la presión del muslo de Valentina en ciertos lugares, Juliana no pudo evitarlo y perdió el control mientras se inclinaba hacia atrás para besar a la castaña y hacer presión contra su muslo, ambas chicas jadearon ante las nuevas sensaciones. Ambas sabían que probablemente deberían de parar, pero pensarlo y hacerlo son dos cosas muy diferentes. La idea de detenerse paso fugazmente por la mente de Juliana, pero estaba increíblemente excitada y mejor aceleró el movimiento.
Fue el momento más erótico de la vida de Juliana, sí, había tenido relaciones sexuales antes, pero eso fue con Sergio y estaba borracha y realmente no recuerda mucho de eso. Simplemente recuerda cuánto le dolió y que no lo disfrutó. Juliana sabía que amaba a Valentina y podía verse a sí misma con ella por el resto de su vida a pesar de que solo tenían 16 años. Realmente no quería que su primera vez fuera así, pero había deseado tanto a Valentina durante tanto tiempo. Con toda esta emoción y nuevas sensaciones llenando su cuerpo, Juliana comenzó a moverse más rápido y un poco más fuerte contra el muslo de Valentina. Y entonces sucedió; pudo sentirlo venir, y cuando no pudo detenerlo, se quedo pasmada.
Después de solo unos segundos Juliana llegó. Fuerte. Cuando su orgasmo atravesó su cuerpo, dejó escapar un gemido gutural en el hombro de Valentina. Tan pronto como su cuerpo se recupero de la oleada de placer, se derrumbó sobre Valentina. Se quedó allí tendida, muriendo de vergüenza. ¡Unos pocos segundos! ¡Eso es todo! ¡Duró unos miserables segundos! No podía ni mirar a Valentina, solo quería estar en otro lugar, en cualquier lugar menos donde estaba. Planeando su escapada, Juliana fue sacada de sus pensamientos cuando Valentina finalmente habló.