Written on Wrist

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Ishigami Senku era un chico que creía firmemente en la ciencia, y aunque no le gustaba admitir que había cosas que la ciencia no podía explicar, la verdad es que se viera por donde se viera esa ridiculez de las almas gemelas simplemente no tenía sentido.

Todos, o al menos la inmensa mayoría de los seres humanos, tenían una alma gemela, a la que podrían identificar a través de la mayor tontería que se le podría haber ocurrido a alguien.

Generalmente a los doce o trece años unos símbolos aparecían en la muñeca de todos, unas palabras escritas usualmente en el idioma en el que la persona podría leerlas, y esas palabras te decían lo primero que escucharías de tu alma gemela diciéndote directamente a ti, o sea que debía ser frente a frente o al menos hablando por celular o algo así.

Cuando Senku se despertó una mañana y vio las palabras escritas en su muñeca, frunció el ceño profundamente.

"Tú eres... el caballero hechicero que protegió a esa mujer. ¡Estás vivo!"

Hizo una mueca de extrañeza ante esas palabras tan raras. ¿Acaso conocería a su alma gemela jugando online algún tipo de RPG o qué mierdas?

Su mejor amigo Taiju estuvo muy feliz cuando su muñeca también se tintó con las primeras palabras que le diría su alma gemela, y ese año finalmente tuvo el valor de hablarle a Yuzuriha. Ambos se dijeron exactamente las palabras escritas en sus muñecas.

"H-hola, yo... Eh... ¿Podrías hacer tres pasajeros para una nave espacial?"

"¡Ah, siempre he querido saber por qué mi alma gemela me diría algo tan extraño!"

Senku debía admitir que se rió la primera vez que vio esas palabras escritas en la muñeca de Taiju, pero tenía sentido que él haya estado involucrado de alguna forma en la parte de "extraño" ya que su mejor amigo era un tipo bastante simple que normalmente se involucraba en extrañezas por su culpa.

Al saber que ellos ya tenían encontrada a su alma gemela no pudo evitar sentir curiosidad por la suya propia, y en qué circunstancias tan extrañas le diría algo como lo que estaba escrito en su muñeca,

Aun así, no era como si estuviera pendiente de eso todo el tiempo, solo era un pensamiento que se le cruzaba de vez en cuando. Estaba mucho más pendiente de sus proyectos científicos y aprender todo lo que pudiera, y luego...

Una luz verde cubrió los cielos, y la humanidad se convirtió en piedra.

Estuvo contando segundos durante tres mil setecientos dieciocho años hasta que finalmente se despetrificó gracias al ácido nítrico, mismo que uso para despetrificar a su amigo Taiju, que lo ayudó a buscar una forma de crear una formula de despetrificacion para revivir a toda la humanidad. Y una vez lo lograron la primera persona a la que quisieron regresar a la normalidad fue Yuzuriha, pero acabaron acorralados por leones y tuvieron que revivir al primate más fuerte de Japón, Shishio Tsukasa.

Y Tsukasa se volvió una amenaza para los planes de Senku y él empezó a pensar en varias hipótesis de cómo podrían ir las cosas de ahora en adelante, qué posibilidades tenían de salir victoriosos contra alguien tan absurdamente fuerte, y de repente la frase escrita en su muñeca ya no parecía ser tan sin sentido... al menos en parte.

Finalmente, despetrificaron a Yuzuriha e intentaron escapar de Tsukasa para hacer polvora, pero no funcionó y Senku acabó muriendo... temporalmente.

Volvió a la vida gracias a las propiedades curativas de la despetrificacion y Taiju y Yuzuriha separaron sus caminos respecto a él, que casi de inmediato se topó con otro humano en ese mundo de piedra donde se suponía que estaban solo ellos cuatro. Y para colmo ella le dijo unas palabras que había estado deseando no oír desde la primera vez que las leyó en su muñeca.

Semana SenHaku 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora