Capítulo 6

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Suspiro mientras salía del elevador y caminaba hasta detenerse frente a la puerta de su amado hogar. Hace solo unas horas que se había ido de la casa del castaño y ya eran casi las ocho de la tarde. El pelinegro no había aparecido por allí desde hace dos días atrás, y sinceramente comenzaba a dudar de que este se encontrará dentro una vez abriera esa puerta.

— Eso no debería importarte Jimin — suspiró abriendo la puerta entrando de una buena vez.

Dejo su chaqueta en el perchero de la entrada y camino adentrándose a la silenciosa sala. Todo parecía estar en orden, nada fuera de lo normal.

—No hay nadie— susurro con un tierno puchero.

—¿Esperabas que hubiera alguien?__ una muy conocida voz se atrevió a preguntar.

—¡Kook!—sonrió automáticamente volteando y lanzándose a los brazos del pelinegro.

Aunque digamos que en medio de la emoción no fue capaz de recordar la situación del chico, pues prácticamente traspaso su cuerpo cayendo de cara al piso. Debía pensar con mas cuidado sus acciones.

—¿Por qué hiciste eso?— preguntó incrédulo el fantasma— ¿Querías abrazarme?

— N-o que crees — murmuró entre quejas— Quería b-esar el piso solamente...ya sabes, ahora que está limpio quiero besarlo todos los días...es más, desde que te fuiste acostumbro hacer esto, !auch!__ se quejo en pucheros.

— Oh, ya veo— asintió creyendo en sus palabras— Pero...¿Estás bien?

— ¡Si! — gritó avergonzado Jimin.

—No te ves bien— murmuró.

—Yo siempre estoy bien —suspiro mientras se ponía de pie.

— Seh...fingire que te creo— sonrió de lado Jungkook— Y...¿me extrañaste Park?

—Ya quisieras, ni note tu ausencia como ves— dijo encogiéndose de hombros.

La verdad es que había llorado, solo una vez, pensó que algo malo había sucedido con el pelinegro y eso lo asusto. Pero este no tenía porque saberlo.

— ¿Ni un poquito?— preguntó en un bajo susurro.

—Ni un poquito...— asintió Jimin, aunque en solo segundos el más tierno puchero se fue formando en sus regordetes labios mientras inflaba sus mejillas y sus ojitos adquirían un pequeño brillo.

—Park Jimin...— sonrió Jungkook.

—Eres un hijo de perra, como rayos desapareces así como así, porque no me dijiste a donde ibas, ninguna carta estúpido, pudiste mandar señales de humo, ¡yo que se!— dijo al fin con su ceño fruncido caminando hasta el sofá y echándose en el.

— ¿Olvidas que estoy muerto? Como esperas que escriba una carta...

— Como sea...pudiste avisar, me preocupe mucho por ti imbécil.

—Gracias— expreso con sinceridad.

—¿Por qué me agradeces?

—Por preocuparte por mi — suspiró — Fuí a buscar pistas, algo que me dijera cómo fue que termine así. Pero no fui capaz de encontrar nada, es difícil aceptar cuando ya dejas de existir en esta vida, en un mundo de mierda sabes.

—Kook...

—Todos queremos morir a veces Park...pero cuando lo haces, no hay nada de lo que crees que habrá, al menos no para mí— suspiro cabizbajo — No se qué hacer, no sé si fui alguien importante, no lo sé, pero el solo hecho de saber que te preocupas por mí me hace sentir vivo de nuevo.

Todo sobre mí •|• KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora