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Después de un ligero desayuno, los gemelos peliverdes, estaban sentados en el porche del complejo de apaetamentos, uno al lado del otro, mientras las hojas de los cerezos cercanos, caían por las ligeras corrientes de aire. Ayami tenía un pequeño vaso con té verde, un pequeño plato donde iba el vaso y un pañuelo blanco, Izuku solo llevaba su personalidad...

-El clima de hoy es muy bueno- Decía Ayami, quien tenía la mirada hacia el cielo observando las nubes que yacían en este.

-Y que lo digas- Le respondió Izuku, su hermano gemelo, apenas mayor por 2 minutos.

-¿Sabes? Si me dejaras acostarme en tu regaso, no pediría nada más en la vida- La chica peliverde, "propuso" a su hermano.

-Para empezar, éso no va a pasar- Le respondía con una ligera carcajada.

-Si Onii-Chan dejara acostarme en su regaso...- Ayami agarraba el pañuelo blanco y simulaba limpiarse las lágrimas. -...Me podría ir en paz de este mundo...- Trató de converserlo, sin éxito.

Izuku no respondió, de hecho, ignoró lo que le dijo yse quedó callado, sin embargo, un ruido proveniente de la parte superior del marco del portón, llamó la atención de ambos peliverdes, quienes dirigieron su mirada hacia arriba y encontraron a un gato pasando por ahí.

-Bueno... Esta casa tiene más de 70 años, así que hay que hacer algunas reparaciones en los techos y paredes- Izuku se apresuró a decir después del sonido. -Disculpa por hacerte vivir en un lugar tan estropeado- Izuku ponía una mano en su nuca mientras miraba a su hermana.

-¡Eso no importa!- Se apresuró a decir Ayami. -Mientras sea con Onii-Chan, no importa si estoy en una cueva o debajo de un puente- Le miraba comprensivamente.

-...- Le miró con una sonrisa. -Gracias, Ayami- Fue su dulce repuesta.

-Para nada, al contrario... Gracias a ti por sacarme de la casa de los Arigusawa- Ayami empezaba a bajar la mirada.

-...- Izuku se lo pensó por unos segundos antes de responder. -Ya, ya, no hablemos de cosas tristes ahora, ¿Sí?- Poniendo una mano en la cabeza de la chica.

-S-Sí... Lo siento- Dijo la peliverde antes de volver a su muy animada personalidad.

-¡Bien!- Tras un suspiro, Izuku se paró y puso sus manos en su cadera. -¡Vamos a comenzar a limpiar todo!- Le propuso con entusiasmo.

-¡Yo puedo lavar la ropa!- Rápidamente, Ayami le propuso.

-Bien, te lo encargo- Decía dándole una aprobación con el pulgar derecho.

Unos escasos segundos de silencio se apoderaron del ambiente, cuando repentinamente, Ayami decidió volver a la conversación.

-Onii-Chan- Llamó la atención de Izuku, quien volteó a verla inmediatamente. -¡Realmente Te Amo!- Le soltó cariñosamente, moviendo dulcemente la cabeza agregando un toque de ternura.

-...- Izuku le dió una sonrisa de ojos cerrados y respondió. -Yo también te amo, Ayami-Chan- Devolviendo la frase, pero no exactamente el sentimiento, cosa que Ayami no notó en absoluto.

Repentinamente la cara de Ayami parecía arder en rojo vivo, desde sus mejillas hasta su frente, todo estaba rojo por la devolución hecha por su hermano... Hasta que finalmente, comenzó a caer, pero Izuku la alcanzó a tomar.

-¡Ayami!- Yendo hacia ella evitando que cayera. -¡Ayami! ¿Estás bien?- Preguntó viendo la extraña expresión de la misma.

-Mi nueva vida con Onii-Chan... Parece como si fuera un sueño... Un sueño...- Era el pensamiento de la chica quien tenía la mirada perdida y era sacudida por su hermano para que reaccionara...
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Me había olvidado de esta historia xD

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Mientras haya amor, no importa que seas mi Onii-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora