┏━•❅•°Dᴜʀᴀɴᴛᴇ ʟᴀ ᴛᴏʀᴍᴇɴᴛᴀ°•❅•━┓

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Las cosas en la cuidad Celestial iban de mal a peor. Primero, el clima en aquel lugar era un fiasco, caracterizado por una intensa lluvia eléctrica que parecía nunca terminar; y segundo, toda la zona estaba invadida por varios moods hostiles que atacaban sin piedad, tanto a las personas como a las estructuras que yacían por doquier.

Todo parecía una autentica pesadilla hecha realidad; envuelta en gritos y lamentos de los que estaban presentes en ella. A pesar de que contaban con los más grandes héroes jamás conocidos por la tierra, las cosas no parecían cambiar en absoluto, ni con el enorme apoyo que les daban para mantenerlos a salvo.

Entre todo ese desastre que se daba en las afueras, dos enemigos se volvían a encontrar una vez más, justo adentro de lo que alguna vez fue un bello castillo flotante de color blanco. En pleno aguacero y justo en medio de la "nada", ambos retadores se veían fijamente, sosteniendo entre sus manos lo que serían sus armas para luchar. Ninguno se dignaba de ser amable con su oponente, ya que esto no se trataba de otra reunión más, sino, de una paga absoluta de las deudas que ambos se debían de manera igualitaria.

De un lado de la "arena", y cercano a la entrada del castillo, estaba la guerrera Jesse, quien anteriormente fue detenida por los guardias de la ciudad a causa de un crimen que, sin querer, había cometido. Del otro lado, justo por las orillas de la tierra, estaba su enemigo Aiden, el causante del todo el caos que sucedía afuera gracias al mal uso que le aplicó a la fuente eterna.

Cada quien permaneció estático en su sitio, a punto de atacar sin piedad a su oponente, pero antes de dar rienda suelta a su venganza, intercambiaron algunas palabras referentes a lo que sucedía; echándose la culpa entre ellos por cosas del pasado que, sin haberlo deseado, se manifestaban en el presente. Cuando terminaron de maldecirse, comenzaron la verdadera batalla que tanto habían deseado tener desde aquel día en que se conocieron.

Golpes, espadazos y gruñidos se daban a mostrar sin descanso alguno. Expresaban con cada movimiento el profundo odio que tenían para compartir, además de los reclamos y exigencias que deseaban verse cumplidos en cuanto terminaran. Parecían verdaderos gladiadores luchando por su propio beneficio, y por su propio pueblo, dispuestos a matarse entre sí hasta conseguir lo que más deseaba en sus vidas.

Aquella desenfrenada pelea comenzaba a durar más de lo que ellos habían imaginado. Pensaron que se matarían con pocos golpes o movimientos, pero ante sus acciones, las cosas no salían como lo planeaban. Sin otra opción más que las que tenían disponibles, continuaron batallando entre ellos hasta ver quién moría en primer lugar.

Ante la larga duración del conflicto, las energías de Aiden disminuían de forma grave, haciendo que este ya no tuviera el suficiente control de su arma y tampoco sobre la situación en la que estaba atrapado. En cambio, su rival Jesse permanecía firme y constante, usando de manera razonable su apreciada arma con cada choque y golpe que le daba. Estaba consiente de que sí se dejaba llevar por sus emociones durante la lucha, las probabilidades de que dure por más tiempo en la batalla serían bajas. Así que, con todo el auto control que tenía, siguió atacando a su enemigo, manteniendo el odio a la raya.

El tiempo pasaba, y la lluvia se intensificaba. Los truenos y rayos azotaban con más fuerza, al igual que los choques impartidos entre ambos contrincantes del cielo. Estaban a nada de terminar la ruta de tierra en la que habían luchado encima desde el principio, y esto ya significaba un gran problema para Aiden, pero una gran ventaja para Jesse.

En cuanto el chico notó el apretado problema en el que estaba, se dispuso a atacar por última vez a su enemiga, atorando su debida arma contra la de ella para tener la disponibilidad de empujarla al vacío. Al ver la acción del rival, y viendo lo que deseaba hacer, la guerrera alzó con fuerza la punta de su arma contra la otra, causando que esta saliera volando sobre los aires y callera justo delante de su presencia. Esto hizo que Aiden detuviera en seco sus acciones, asombrado por lo que había observado y sintiendo como el miedo se apoderaba bruscamente de su cuerpo.

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❛ 𝑫𝒖𝒓𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒕𝒐𝒓𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 ❜❨𝑨𝒊𝒅𝒆𝒔𝒔𝒆❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora