Todos los días cuando me levanto, desde aquel 8 de noviembre, lo primero que pasa por mi mente es si todos mis amigos al enterarse de que veo personas y las oigo, (que para ellos no existen) reaccionarían como esa niña llamada Bianca, que en ese entonces era mi mejor amiga. Teníamos solo 6 años, pero hizo que me sintiera fatal y no solo eso, no volvió a hablarme.
-Eres una bruja, un persona extraña, siempre me lo pareciste - me gritaba ella mientras se alejaba con su madre, dejándome a mi parada en la puerta del colegio, llorando, de la mano de la señorita.
-Solamente se enojó contigo por un juguete, es así o no?- Me preguntaba la señorita Andrea una y otra vez, pero yo solo me limitaba a asentir con la cabeza .
Luego de eso con el teléfono de la sala de directivos llamo a mi madre y le pidió que viñera lo antes posible. Al llegar, ambas tuvieron una conversación sobre Bianca y yo, de la cual mi madre todavía no me ha contado aunque yo ya tenga 16 años de edad.
-Muy bien mi niña, nos vamos - dijo mi madre mientras se acercaba a mi -Hablaremos de esto en el auto, de camino a casa. Muchas gracias señorita Andrea, le aseguro que esto no volverá a suceder- dijo dirigiéndose a mi señorita y luego sin decir más y sin darme la oportunidad para hablar, nos marchamos.
El viaje del colegio a mi casa duraba 15 minutos, los 5 primero nos mantuvimos en silencio, pero ya era hora de que alguien empiece hablar, así que empecé yo. En ese entonces era chiquita pero valentía no me faltaba.
-Mama, lo siento, perdona. Ya sabes el verdadero motivo por el cual Bianca se enojó conmigo, es que pensé que como era mi amiga lo entendería igual que ustedes y quería jugar con ella y Hanna a la vez.
-Lo se chiquita mía, pero en este mundo no todos van a entender las maravillosas capacidades que vos tienes para ver y hablar con ángeles, yo y tu padre luego de meses y meses interiorizándonos mejor en el tema entendimos que eres una mensajera de ellos, una persona capaz de transmitir los mensajes buenos que ellos traen. No voy a retarte ni nada de eso, solo te voy a pedir que por lo menos hasta que tengas la edad suficiente para afrontar las consecuencias sola, no le cuentes esto a nadie más, mantengámoslo como un secreto familiar. Como algo nuestro.
-Pero mami, no entiendo, por qué tengo que ocultarlo?
-Es por tu bien hija, yo sé lo que te digo. -Dijo mientras me miraba con una cara, que no sé cómo explicarla, lo único que me indicaba era fuerza, fuerza que una madre le da a su hija en una situación difícil, algo que tiene que afrontar. Y su fuerza en ese entonces me serbia. Me daba seguridad.
El resto del viaje seguimos en silencio.
Al pasar los días, meses y ya casi un año comprendí muy bien lo que me decía mi mama, tan solo tenía 7 años, pero al ver que Bianca ya no volvía a hablarme y se mantenía lo más lejos posible de mí , no quise volver a contarle de esto a nadie. La única excepción, al cabo de bastante tiempo, fue mi hermano, que es tan solo 3 años menor que yo.
Pero esto va a cambiar pronto, estoy harta de ocultar una parte de mí, porque esos ángeles maravillosos que veo, son parte de mí. No los puedo ocultar más. Ya tengo edad suficiente.
Pronto la gente se va a enterar que soy una mensajera de ángeles.
Hola, gracias por leer el principio de esta historia que tengo en mente!!!!! Les agradeceria muchisimo si me dejaran comentarios y si me dicen si les gusta los poquito que escribi hasta ahora o no. Muchisimas graciasssssss!!!
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Mensajera de Ángeles
Teen FictionSoy un poco distinta a los demás, puedo percibir cosas desde niña que otros no pueden. Al principio no entendía de que se trataba, y mis padres tampoco. Cuando tenía 6 años cometí mi primer error, contarle de esto a alguien que no era de mi familia...