CUANDO CUMPLES QUINCE

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Abrí mis ojos. El pasto estaba húmedo, el clima fresco. Gire la cabeza para contemplar mi alrededor, estaba rodeada de arboles, pero no sabía exactamente donde me encontraba. Mi cabeza daba vueltas y me dolía, los recuerdos no aparecían, estaba vacía. 

Con mucho esfuerzo logre levantarme, mis piernas no respondían de manera correcta, así que caminar fue complicado. Después de vagar un rato, llegue al final del bosque, a un lago obscuro cubierto por neblina. En la orilla a pocos metros de mi, había una cabaña, deteriorada. Sus escaleras frontales rechinaron cuando subí por ellas, y la puerta también.

Adentro pude ver una cama, una mesa rectangular, y un baúl metálico con candado. Realmente no conocía nada de eso, o al menos no lo recordaba, me sentía como Risistos de oro en la casa de los osos, pero no esperaba que apareciera alguno, así es que me senté en la cama y me hundí en mi memoria. 

No encontré mucho, recuerdos vacios, pequeñas escenas, varia personas, todas con un vacio en el rostro. Seguí buscando, recuerdos de una familia flotaron en mi mente, las caras se hacían más vividas, pero seguían borrosas. ¿Habría algo en ese baúl que me ayudara?, realmente no lo sabía, no sabía si se abriría, no tenía la llave. 

Me senté en el piso, más cerca del baúl, comencé a examinarlo buscando una posibilidad de apertura, no tuve que emplear mucho tiempo en ello, pues el instante que toque el candado y lo moví, este se abrió. Lo quite y lo mire, estaba roto. Adentro del vejestorio metálico, había álbumes, cartas y fotografías, también había una computadora portátil y su cable. 

Tome el primer álbum que encontré, leí su titulo, “llegada de Samantha y Jake”, no me sonaban esos nombres, no aun. La primera foto que el álbum contenía, era una familiar, había cuatro personas, una mujer de unos treinta y dos años y un hombre que la abrasaba por la cintura de aproximadamente la misma edad, tal vez uno o dos años mayor, enfrente había dos niños, la niña no tenía más de seis años, según mis especulaciones, y el niño la misma edad.

Me llamo la atención la niña, ella debía ser Samantha, me parecía conocida, pero no lograba ubicar quien era. Las demás fotografías, tenían un contenido similar, una familia feliz, dos hermanos jugando, una casa a las afueras de la ciudad, pero nada tenía que ver con migo, o al menos eso creía.

Cerré el álbum, y me acerque a la mesa, tenía dos cajones en la parte frontal, de lo más simples que podía haber, los abrí y encontré una llave, tenía una etiqueta que decía “baño”, eso me alivio, por fin algo útil. Me dirigí a la puerta al fondo de la habitación, introduje la llave, y le di vuelta. La puerta rechino al abrirse, di un paso y la luz se encendió, inmediatamente me dirigí al lavabo.

El baño, era simple, igual que todo lo demás en la cabaña, sin adornos, arriba del lavabo había un espejo rectangular, bastante grande, a los lados, habías mas, estos eran más alargados, diseñados para ver todo el cuerpo. Al mirarme al espejo note que mi cara estaba sumamente sucia, así que abrí la llave del lavabo y me la lavé. Al terminar y ver mi rostro, note algo extraño, me sentía como en un deja vù, ese rostro me parecía conocido, irónico tal vez, pero recordé que no lo había visto hasta entonces. 

Finalmente lo descubrí, vi como me ponía pálida, al reaccionar corrí a ver el álbum, observe la primer foto, a la niña, era yo. 

Era cierto, me llamaba Samantha, las dos personas mayores, eran mis padres adoptivos, y el niño, Jake, mi hermano. Recosté mi cabeza en la cama, los recuerdos, surgían uno tras otro en mi memoria, la casa de campo, el rio, las tardes soleadas en las que solía jugar con Jake.

Todo pasaba como una pequeña película familiar, hasta mi cumpleaños número trece. Contemple las últimas fotos del álbum, todos estaban tristes, no lo entendía. ¿Qué me pasó?, recordé que me fui, al internado en este lugar raro, ¿Qué había pasado?

Entonces un celular sonó dentro del baúl, lo busque, era un Nokia viejo, pero funcionaba. Pulse el botón de en medio, se prendió y en la portada decía “mensaje recibido”, pulse mostrar.

El contenido era extraño, era de una persona llamada Leonard, mi padre, comencé a leer el mensaje que decía:

Querida Sam: 

Sé que en este momento te preguntaras quien soy y en donde te encuentras, pero no te preocupes, no te molestare después. Primero tienes que seguir mis instrucciones al pie de la letra, haz terminado tu entrenamiento y ya cumpliste quince años, lo que quiere decir que ya no eres quien solías ser.

Sé que resulta confuso en este momento, lo comprenderás mas adelante. Ahora, como supuse que entrarías en la casa, busca en el baúl al lado de la cama, ahí encontraras un folder con distintos documentos y un boleto que te llevara a Nueva York, toma el vuelo, cuando llegues alguien te esperara, muéstrale los documentos pues ellos saben qué hacer después. 

Espero que tu siguiente vida sea placentera, desearía que te reunieras con Jake, pero sé que no será así, en fin, cuídate, saludos de parte de Karen, te queremos Sam. 

Adiós, Leonard 

Hice lo que decía, mire los documentos, un acta de nacimiento, un pasaporte, una visa y otras cosas más, pero lo más importante, un boleto a Nueva York con un vuelo programado para las 15:30, en primera clase, a mi nombre, Samantha  Parks, también había una hoja donde tenía escrito mis datos, y otros incomprensibles en ese momento:

 Samantha Parks;

EDAD: 15

COMPAÑIA: Deja vù, Nueva York

ESTADO: principiante

ASIGNACION DE TUTOR: Pendiente

RESULTADO DE LA ENCUESTA: --------No se encuentra resultado, el análisis aun está pendiente, si no se le otorga un resultado en las próximas semanas, favor de comunicar a la compañía----------

Mostrar este talón a al llegar a las oficinas de registro, cualquier modificación se realizará dentro de las instalaciones de la compañía, favor de no alterar los datos o la reubicación no será exitosa. 

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2015 ⏰

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Sueños: Historias cortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora