feliz cumpleaños capitán | 𝗵𝘆𝘂𝗴𝗮𝘀𝗵𝗶𝗺𝗮𝘇𝘂

One Shot

16 de Agosto

Se podía notar que el sol había salido y el día había empezado, se preguntaba porqué el despertador no había sonado si los pájaros ya habían comenzado a cantar y un destello de luz asomaba por entre las cortinas. Dedujo haber apagado por cuenta propia el despertador pero para su suerte las agujas del reloj no habían avanzado. A pesar de haber dormido bien parecía no tener energía y casi arrastrándose entre las sabanas logró sacar sus piernas que, cual maniobra cotidiana, rebuscaban con ellas sus pantuflas. Una ligera curvatura en la comisura de sus labios expresaba que había encontrado lo que tanto buscaba.

Lo siguiente no fue tan complicado, llegó a rastras al cuarto de baño para poder lavarse las manos y cepillar sus dientes, su cuerpo parecía reaccionar mejor que su rostro, sus ojos estaban un poco hinchados, nada que un lavado de cara no pudiese arreglar. Salió del cuarto apagando la luz, buscó algo de ropa que ponerse para el día de hoy, tenía que salir, así que buscó algo más o menos decente que a decir verdad no simpatizaba mucho con ello. La costumbre de utilizar camisetas, shorts y pantalones deportivos. Pero tampoco se fue mucho del estilo, una camiseta manga larga lisa color rojo; un jean negro elastizado y una chaqueta de cuero color negra a juego con unos zapatos oscuros que usaría cuando saliera. Se podría decir que por fin había encontrado el punto medio en su estilo, no le agradaba la sensación pero se veía bien.

Bajó por la escalera encontrándose con la sala de estar y a un costado divisó el desayunador. Caminó a través de un pasillo e ingresó en la cocina corriendo la puerta. Cargó la pava eléctrica con agua para, acto seguido, colocarla en su soporte y accionar el botón de encendido. Tomó en sus manos una taza y colocando una cucharada colmada de matcha esperó que el agua borboteara indicando que había hervido. Vertió el contenido de la pava en su té y batió enérgicamente segundo a segundo hasta terminar con la preparación. Lo bebió sintiendo el calor recorrer su esófago y la sensación reconfortante recorriendo su cuerpo estero se apoderó de él, mantuvo para sí su idea de que nada en el mundo se comparaba con un buen té verde en las frías mañanas.

Termino de beber los últimos dos sorbos de té y dándole una mirada rápida al reloj casi saltó por lo tarde que era. Caminó a paso apresurado a la puerta de su casa, se quitó las pantuflas y poniéndose unas botas de cuero negro dio una última vista así mismo corroborando no olvidar nada y salió de su hogar. El clima era agradable soleado pero una fresca brisa le chocaba su suave piel de tez pálida, caminó por unas cuantas horas recorriendo varias tiendas pero ninguna le daba lo que él buscaba, después de varios intentos fallidos su mirada encontró lo que parecía ser el regalo perfecto, un collar de parejas con la forma de dos balones de fútbol; uno dorado y otro plateado.