~Una linda Casualidad~

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¡Por fin! Ya estoy de vacaciones...
Tenía unas ganas inmensas de terminar mi última año de secundaria, y solo pensar los tres años cargaditos que están por llegar en mi nuevo Pre (Pre-Universitario) me pone a mil. Primera vez que quiero saltar las vacaciones y comenzar ya. Es la etapa más rica de la adolescencia, con otro ambiente, las fiestas,  los bares, los ahora conoceré personas nuevas, chachos más grandes y lindos y no a los enanos de mi escuela. en el PRE (pre-universitario)me tiene la cabeza a mil

Separarme de mis amistades no va a ser fácil, odio esos cambios bruscos de paso de nivel, mudanzas o cualquier cosa que se le parezca. ero en parte lo que más me afecta es dejar a  mis mejores amigas, Mirian y Susana, que han estado a mi lado desde que éramos chiquilinas, hemos crecido juntas y no tengo dedos para contar las miles de cosas por lo que hemos pasado, desde experiencias muy duras y tristes hasta noches y días llenos de risas y diversión, pero el cambio siempre le sienta bien a cualquiera y en estos momentos era lo que necesitaba, un giro de 180°.
En una tarde de junio cojo la correa y llamo a Plutón para darle una vuelta por el barrio.
(Plutón es mi perro,un labrador dorado, que lo único que sabe hacer es comer, pedir más comida y si fuera por él, pasarse las 24 horas en la calle.)
Todos estos días he tenido que sacarlo yo, ya que mi hermano Leonardo, que es el que siempre se hacía cargo de Plutón (el cual es más que un hijo para él) está cruzando el servicio militar, y que ahora caiga bajo mi cargo, es algo que tengo que tomarme con seriedad y responsabilidad.
Ambos salimos super entusiasmados bajo el solecito de las dos de la tarde, doblamos nuestra cuadra a mano derecha y llegamos a la otra esquina. Cuando terminó de hacer sus necesidades y ofatear cuantas cosas se le interpusieran por delante, viro con él por el mismo camino. A esa hora, bajo ese sol y con el tremendo calor que hacía, no había nadie en la cuadra, estaba...como desolada, y solo se veía a lo lejos un muchacho alto y delgado acercándose en mi dirección. Él venía caminando por la parte de la calle donde hacía sombra, algo muy inteligente de su parte, y yo, boba al fin, iba con Plutón por la acera donde hacía Sol empesando a sudar, entonces decido cruzar y siguer el ejemplo.
Mediante se iba acercando me resultaba de lo más guapo el muchacho. Se tocaba los ricitos del pelo mientras caminaba hacia mí y me miraba fijamente con unos ojos muy lindos y expresivos. Era mulatico, aparentaba tener unos veinte, tenía un porte y una altura dominante y a pesar de ser delgado, se le notaban los músculos de las piernas cuando las tensaba al caminar.
¡Y sí, lo admito! Le hice un chequeo completo al muchacho de arriba a abajo en menos de dos minutos, pero por lo atractivo que me resultaba, tenía que ser vacilado. Disimulé un poco bajando la mirada, pero él no me quitó la vista de encima. Yo andaba muy sencilla, con una licra negra y una blusita de buelos, de ese mismo color. En los pies solo llevaba mis chancletas, donde se notaban mis deditos sin pintar (¡Q vergüenza!) Mis pelos rizos los tenía alborotados, ya que me había acabado de lavar la cabeza. Vaya, en resumen, que tenía el típico aspecto de una chica que se puso lo primero que vio en su closet y salió sin mirarse en el espejo.
Por lo menos así de sencilla y con mis pelos al aire libre, llamé su atención y de eso no tengo dudas.
Lo único que no me esperé, fuera que en ese encuentro entre los dos, aquella tarde de junio, lo cambiara todo y nos conectara de una forma tan bonita y especial...donde desde ese día, aquel muchacho sencillo y tierno no salió de mi mente e hizo el resto de mis días un remolino de pensamientos y sentimientos encontrados, y mucho menos esperé, que fuera la razón por la que creara arte a través de mis palabras.

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