INMORTAL| Las mejores cosas aparecen cuando no las esperas.
Una chica con habilidades de lobo y vampiro llega a Forks luego de que los problemas la alcanzarán, lo que nunca se imagino fue conocer a su persona destinada de una manera muy peculiar. Ci...
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El silencio del bosque en medio de la noche inunda la audición de cierta chica pelirroja. Todos sus sentidos agudizados estan a la espera del mínimo ruido para atacar en caso que no sea alguno de su manada y si fuera uno de ellos intentar encontrar al resto. Cada vez que pasan por una situación como esta es más agotador que la anterior. Estar toda la vida escapando no es vivir, ellos lo saben muy bien, pero no pueden dejar que su sangre llegue a las manos equivocadas.
La primera y única vez que estuvieron bajo el dominio de Chester Gibson lograron escapar antes de que empezaran con la extracción de sangre y tejidos, sin embargo, eso no significa que los hombres del científico loco no hayan seguido cada paso que daban después de salir de los laboratorios. Lo que los lleva a la actual situación.
El grupo conformado por dos chicas y cuatro chicos se encontraba refugiado en una cabaña en lo profundo del bosque de modo que era imposible encontrarlos, es en ese momento que se dieron cuenta de los rastreadores que implantaron en sus antebrazos. Con la mayor rapidez posibles se los sacaron, destruyendo los dispositivos igual que a una ramita seca, aunque no fue lo suficientemente rápido para evitar lo que venia. Los hombres bajo el mando del científico loco los tenían rodeados cubriendo todas las salidas de escape. La pelirroja al darse cuenta empezó a dar ordenes como toda una alfa innata, se separaron para tener mayores posibilidades de escape y pelearon dando de baja la mayor cantidad posible de los soldados descarriados logrando escapar en el proceso.
Ahora, en medio del bosque, bastante lejos de la ubicación de la cabaña en la frontera de Canadá, las pisadas de personas corriendo en su dirección llegan a sus oídos tensando su cuerpo. Los rostros de Abdel y Luka aparecieron frente a ella calmando sus evidentes nervios, no hicieron falta palabras solo una mirada basto para saber que estaban bien.
– ¿Los demás? –preguntó Anya hacia sus compañeros analizando los alrededores.
– No logramos encontrarlos, tampoco responden por el enlace –respondió uno de los castaños.
Estaba a segundos de dar las siguientes instrucciones cuando el sonido de vehículos avanzando hacia ellos los alertó. El olor de sus cazadores inundó sus fosas nasales afirmando las suposiciones que estaban en su cabeza.
– Corran –no tuvo que decirlo dos veces cuando a velocidad sobrenatural empezaron a alejarse.
Los tres integrantes que faltaban de la manada se les unieron en la carrera a medio camino. A pesar de tener la misma velocidad que un vampiro y un lobo, las camionetas lograron alcanzarlos junto con los disparos. Algunos lograron esquivarlos y otros alcanzaron alguna parte de sus cuerpos haciéndoles la escapada más difícil.
El olor a tierra mojada y bosque impacto contra ellos al mismo tiempo que cayeron a un riachuelo por el impacto de una de las camionetas. Gruñidos provenientes de uno de los lados del riachuelo que divide dos territorios llamo su atención.
