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Al fin había acabado la pesadilla, Pennywise desapareció de sus vidas, pero ¿a qué costo? Perdieron a dos de sus mejores amigos, Stanley y Eddie, los objetivos más fáciles para el maldito payaso, el cobarde y el enfermizo pero sobretodo, dos de los pilares del club de los perdedores.

Richie y Bill no podían evitar recordar todas sus aventuras. Bill conoció primero a Eddie, los dos niños que no tenían amigos. Tenían los mismos gustos por lo que se volvieron grandes amigos al instante, podían sentarse a conversar por horas y eso alegraba sus días. Paso un año y conocieron al simpático Richie, con lentes de gran medida, se llevó de maravilla con Bill, a pesar de ser tan pequeños se entendían de lo mejor, por ello se ganó el título: "el que mejor conocía a Bill". Luego de ese verano, llego el momento de que Richie conozca a Eddie. Al verlo sintió una corriente eléctrica atravesarle, aun no entendía ese sentimiento, pero los ojos de Eddie que lo veían confundido por la cara de idiota que había puesto lo llenaron de luz.

- eres pequeño -

Fue lo único que dijo luego al verlo y es que Richie siempre decía lo que pensaba.

- Soy Edward Kaspbrak  -

- mi nombre es Richie Tozier, ¿él es de quien me hablabas, gran Bill? - 

- Sí, mi mejor amigo Eddie-

- Eddie... Eddie Spaghetti-

- Cállate -

Desde ahí los tres fueron los mejores amigos, aunque Richie paraba pegado más a Eddie. Pero nunca les gustaron los números impares, así que al cumplir los siete años y entrar a primer grado conocieron a Stan Uris, un chico nuevo. Era más alto que todos y al principio fue difícil que Richie y él se lleven bien por sus distintas personalidades, pero el de lentes siempre supo que detrás de esa actitud seria había un niño asustado que necesitaba su protección y siempre daba buenos consejos. 

Bill por su lado comprendió lo que Richie había sentido al conocer a Eddie, una energía que no entendía pero que se sentía bien. El cuarteto que inició como el Club de los perdedores.

Un tartaja, un bocazas, un judío o jaboncito como lo llamaba Richie y un enano. Eddie era pequeño de por sí y al estar en grupo no ayudaba a su altura, pero Richie siempre le decía que se veía adorable así como era.

- Gracias-

- ¿por qué?-

- por ser mis amigos-

- no hay nada que agradecer, Stan-

Ahora se lamentaban, haber olvidado, desistido, dejar que Eso haga lo que desee con ellos. 

Ambos estaba recostados en la cama del apartamento de Richie, nada sexual, simplemente bebían una cerveza y se hacían compañía, porque no había nadie mejor que Richie para entender a Bill y no había nadie mejor que Bill para entender a Richie.

Al menos el de lentes pudo verlo por última vez, pudo ver lo guapo que se había puesto y que aún seguía siendo adorable, pequeño y con unos hermosos ojos.

El timbre sonó, pero ninguno quería pararse. Si la persona no hubiera sido insistente, tal vez perderían una gran oportunidad. 

- ¿Sí? - preguntó Bill por el intercomunicador

- Buenas noches, soy Mira Kaspbrak, ¿aquí vive Richie Tozier? -

- Sí, pero él dijo que no esperaba a nadie, y mucho menos a la esposa de nuestro difunto amigo-

- soy una visita sorpresa, lamento si resultó molesta pero me debo darle algo -

- de acuerdo - 

Un final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora