Uno: frightening

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Un día más de universidad, odio la rutina, siempre es lo mismo: levantarse, vestirse, desayunar e ir a la universidad. Es por eso que amo los fines de semana, creo que esos dos días de descanso son lo mejor que hay para un estudiante, bueno, depende de si hay o no examen.Porque si es así, olvídate de salir e inca los codos que toca estudiar.

Aunque también odio mi pelo rubio enmarañado por las mañanas, lo único que me gusta son mis ojos claros y mi altura media.

Bueno, a lo que íbamos, hoy es Lunes y me encontraba en uno de los tantos pasillos que había en este centro caminando para llegar a tiempo a clase.

—Hey Jess—saludó mi mejor amigo, realmente le envidio, era tan abierto y divertido. También alto, su pelo negro intenso y sus ojos azules como el cielo—¿Irás a la fiesta de John?

—Claro, espero que no pongan ningún examen sino ya me puedo ir olvidando ¿Y tú?

—No me la perdería por nada del mundo, John hace una fiestas increíbles.

Pues claro, era el típico chico rico del cual sus padres siempre están de viaje. Pude que utilice las fiesta para no sentirse tan vacío, llenando ese hueco con amigos falsos y alcohol. Pero esa es solo una suposición mía.

—Adam—me miró curioso—¿Vendrás hoy a comer?, necesito que me expliques unas cosas de geometría.

—Claro.

Una vez llegamos a clase no dijimos una sola palabra, el profesor nos hubiera echado si hubiéramos abierto la boca.

***

El timbre sonó y una felicidad corrió por mis venas, lo sé, demasiado exagerada.

Me acerqué al pupitre de Adam y esperé a que recogiera sus cosas, en cuanto las hubo recogido le agarré de la mano y tiré de él hasta la salida.

—Por fin—dijimos a la vez mientras levantábamos nuestras manos unidas. Una de nuestras rutinas que hacíamos en cuanto salíamos de la cárcel o también llamada universidad. Siempre nos llevábamos algunas miradas divertidas de alguien y otras caras de-¿Están locos?- Yo respondería que en ocasiones.

Empezamos a caminar para llegar a casa, Dios cuanto deseaba poder comprarme un coche o una moto, no me importaba cuál.

—Jess—me llamó Adam— ¿Por qué hay un tío, bueno, orangután enfrente de tu casa?

—¿Qué?—miré hacia allí y, exactamente, un hombre bastante fornido estaba justamente enfrente de mi puerta—no lo sé, es la primera vez que le veo.

Nos dirigimos hacia allí con cautela, tenía pinta de boxeador duro. Era calvo, llevaba unas gafas oscuras como toda su vestimenta y detrás de él se encontraba un coche negro con los cristales tintados.

Esto no me da buena espina.

Cuando ya estábamos frente al hombre, él me miró de arriba abajo y luego a Adam.

—¿Usted es Jessica Heel?—preguntó.

Me lo pensé dos veces antes de contestar.

—Sí, soy yo ¿Pasa algo?—Adam cogió mi mano y la apretó dándome apoyo.

Un estruendo se escuchó dentro del vehículo.

—Necesitamos que venga con nosotros.

Nosotros. Eso no sonó bien.

—Perdone, pero yo no voy a ningún sitio y menos con un desconocido—respondí seca.

—Ya hablé con sus padres, ellos me permitieron llevarla conmigo.

¿Cómo? Mis padres nunca harían algo así, ellos son demasiado protectores como para permitir esto.

—Si así es, me gustaría comprobarlo.

—Como usted diga—hizo una señal hacía la puerta.

Abrí la puerta con mis llaves y me adentré al salón buscando a mis padres con Adam y el desconocido detrás de mí.

—¡Mamá, papá!—grité.

Unos pasos se escucharon y aparecieron ellos con los ojos rojos, como si hubieran estado llorado.

 ¿Qué está pasando aquí?

Corrí hacia los brazos de mis padres, abrazándolos. No entendía nada.

—Mamá ¿Qué es todo esto y por qué habéis estado llorando?—pregunté preocupada.

—Tranquila cariño, solo estarás fuera un par de horas. Nosotros estamos bien pero necesitamos que vayas con ellos—explicó mi padre, sin embargo mi madre lloraba en silencio.

—Pero yo no quiero irme—mis ojos se cristalizaron—¿A qué viene esto?

—Te lo explicarán, solo haznos caso.

Miré a Adam desesperada, necesitaba un apoyo. Él solo parecía estar en shock.

Entonces el hombre se acercó a mí y me cogió del brazo, quitando mi mano unida a la de mi mejor amigo, arrastrándome al coche.

Asustada empecé a gritar, pero una vez estuve dentro una gran mano me tapó la boca impidiéndome chillar.

Una vez el coche arrancó la mano dejó mi boca. Rápidamente miré hacia el propietario y, un chico con el pelo rizado y ojos aguamarina me miraba con ira y deseo a la vez.

Esto no tiene sentido, ¿Dónde están las cámaras?

¿Se puede saber qué es esto?—Dije—Mira, si esto es una broma no tiene ninguna gracia. Quiero volver con Ad—no pude acabar a causa de un gruñido gutural por parte de mi acompañante.

—No quiero volver a escuchar ese nombre de tu boca—no alzó la voz, tampoco la mano, pero su tono de voz fue aterrador.

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Primer capítulo, espero que os guste.

Me ayudaría muchísimo si compartierais esta fic con vuestros seguidores y amigos, os lo agadecería mucho mucho mucho<3

Si queréis un capítulo dedicado, solo tenéis que decírmelo en los comentarios.

Muchas gracias por leer xoxo.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2015 ⏰

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