Durante diez eclipses de sol, la Reina Selene de Adularia pidió a los Dioses por un favor que cambiaría el destino de su familia, de su reino y de la Luna.
"Por favor, que todos mis hijos nazcan varones."
Era la petición de una reina al Dios del Sol.
Ya que ella misma había sido testigo de cómo su hermana mayor, quien debía convertirse en reina originalmente, había sido llevada al lado oscuro de la luna siglos atrás.
Como una hermosa y cruel tradición, siempre nacían princesas en la familia real de Adularia, mientras que en la familia real de Eklips nacían príncipes.
Siendo siempre llevada una princesa al lado oscuro de la luna para equilibrar las fuerzas de la luz y la oscuridad.
Sin embargo el sufrimiento para la familia real de Adularia, al perder a una de sus hijas era demasiado, por lo tanto la actual reina rezó durante diez eclipses de sol, para que sus hijos fueran todos varones, y así romper con la historia y la desgracia que arremetía contra la familia real desde tiempos inmemoriales..
Fue así como Adularia obtuvo a sus primeros príncipes en la historia: Jinki, el mayor de ellos, un chico glotón pero siempre delgado y sonriente que además escondía una tremenda fuerza detrás de una apariencia angelical; Kibum, quién había sido bendecido por la belleza, inteligencia y astucia de los dioses; y Taemin, el menor de los tres que siempre pensaba en divertirse aún a costa de sus mayores.
Siendo Kibum el favorecido por el poder de la luna como el siguiente monarca de Adularia, y Jinki y Taemin cumpliendo sus roles como sus protectores.
Tres pequeños niños con la esencia de la luna plateada tatuada en sus miradas, esos eran los príncipes de Adularia, tres melenas plateadas y tres niños con la piel como la porcelana blanca y aterciopelada.
—Mi señora —una dama del palacio habló.
—¿Qué ocurre? —Selene preguntó mientras sonriente veía a sus hijos jugar en los jardines del palacio rodeados de las bellas plantas lunares que irradiaban luz plateada y sus cabellos bailaban por la falta de gravedad del lugar.
—El oráculo ha hablado —la dama se arrodilló ante su reina.
—¿Qué ha dicho?
—Dijo que el príncipe heredero de Adularia será llevado a Eklips.
Selene guardó silencio un momento.
—Eso no puede ser, en Eklips también tienen niños.
—El oráculo nunca se equivoca —llegó el rey vestido de blanco y con una enorme capa del mismo color mientras portaba una espada forjada de "Adularia", el mismo material del que estaba construido el castillo y el nombre de su reino—, predijo que tu hermana se iría por su propio pie y así fue.
—Mis hijos no irán —Selene salió a los jardines portando su maravillo vestido forjado con los rayos lunares que la hacía parecer flotar hacia sus hijos—, ¡Niños vengan aquí!
Los tres corrieron hasta su madre, el más joven se abrazó a ella como acaparando todo su amor y los otros dos solo sonrieron, entonces ella les hizo un espacio, los cobijó y entonces el más pequeño (Taemin) le dijo:
—Madre, allá hay unos niños que siempre nos miran —señaló a la penumbra donde la luz y la oscuridad se encontraban y más atrás había solo oscuridad, en el lado de la luna que el sol no alcanzaba a iluminar.
Selene sintió en ese momento el terror en su corazón, había pedido por hijos varones para que no le fueran arrebatados, no estaba dispuesta a ceder a ninguno de sus niños, pero acaso... ¿Eklips sería capaz de llevarlos aún así?
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ADULARIA =PAUSADA=
FantasySINOPSIS ¿Cuántas veces has fijado tu mirada en la luna? ¿Ves esa pequeña línea que separa la luz de la oscuridad? Alguna vez has pensado... ¿Que se podría tratar de un pequeño y fugaz momento... para el encuentro de los amantes de mundos opuestos...