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Na Jaemin de 5 años jugaba con las hojas secas del otoño, su madre lo llevó al parque para que se encontrara con su amiguito, Lee Jeno. Usaba un gorro, un abrigo acolchado y sus lindos guantes, podría no ser invierno pero el viento era demasiado frío ese mismo día. Armaba un montículo de hojas para saltar en ellas, lo vió en algunas películas y ahora el quería intentarlo.
— ¡Nono, mira! — Jaemin llamó a su mayor con una sonrisa, señalando su trabajo.
Jeno corrió hasta él, dejando su gorro blanco tirado en el camino, un "woah" salió de su boca. No tardaron en utilizar la pila de hojas, riendo mientras que saltaban sobre ellas.
— Nana — Jeno lo llamó mientras que miraba cómo hacía un angelito de hojas — ¿Tu sabes qué serás de grande?
— ¡Seré un astronauta para ver las estrellas! — dijo rápidamente — Y si eso no se puede, seré policía — se conformó con una sonrisa.
— ¡Yo seré doctor! Y trabajaré en un hospital gigante y bonito
— ¡Entonces te diré doctor Lee! — Jaemin respondió con emoción, eran sueños que todo niño tenía a esa edad.
Esa misma tarde miraron caricaturas en la televisión, comieron galletas y jugaron en los columpios, aún seguían pensando en sus sueños y cómo los lograrían. Jaemin no quería separarse de Jeno por nada en el mundo, y Jeno tampoco quería alejarse de Jaemin.
