Por amor, se cometen locuras

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No había otra cosa que le gustara hacer, era un poco tarde, el fin de semana se iría rápido, pero ese viernes había encendido el televisor cambiando de canal en canal, no había algún tema interesante, pero en su mente si, y es que DaeHyun no deja de pensar en aquel cacheton de que hace un año que le conoce, no hablaban mucho, aquel menor era reservado en ciertos aspectos, diciendo que no podía asistir a ciertas reuniones de compañeros debido a citas. Lo que no sabia DaeHyun es que Youngjae iba al psicólogo.

Su ropa era un tanto cómoda, ya traía casi el pijama puesto, solo faltaba su camisa, siendo está colocada al final cubriendo su piel un tanto bronceada. Tomo su celular, tenía una foto de él y HimChan, su mejor amigo como protector de pantalla, desbloqueo aquel aparato y ahora aparecía un Youngjae concentrado en un libro, en sus labios descansando el final de una pluma - . Que envidia .- Susurro para si mismo, acariciando la pantalla, miro el reloj, casi media noche, no, no molestaría al menor a esas horas, menos sin tener un pretexto.

Suspiró cansado de su impotencia y cobardía, ¿Cuando se resignaría a decir todo lo que sentía por Youngjae? ¿Cuando le gritaría al mundo que lo amaba? Que se había enamorado en ese año que recién llego a la oficina. Comenzó a cerrar los ojos por aquel recuerdo del primer día, un poco torpe y desorientado Youngjae sin saber a donde ir... Se levanto de golpe en la cama, un ruido había llamado su atención, ¿Había dejado la puerta abierta?, ¿Un ratón?

Salió de la cama con un cierto temor en el pecho, descalzo tan solo el frío piso era lo que le hacia creerse aun en sus cinco sentidos, sus ojos se pasearon por el corredor no había algo anormal, quizás ideas suyas, se asomó por la entrada de la pequeña sala que tenía pero nada, no había nadie; estaba alucinando, una risa incrédula se dejo oír, camino como si nada y encendió la luz de la cocina y ahí yacía un vaso de cristal hecho pedazos en el piso.

Antes de acercarse a recoger recordó sus pies camino de regreso por aquel corredor yendo a su habitación por unas sandalias, se agachó un poco por estas estaba un tanto obscuro, cuando por fin se las coloco se incorporó pero...

Empezó a golpear la mano que estaba contra su boca, sus ojos se estaban cerrando esa opresión en el pecho de que el aire le hacia falta, miedo, impotencia, una mano le sostuvo de la cintura y la que estaba contra su nariz no cedía, el olor era insoportable debido al pañuelo, sus ojos se cerraban, la fuerza abandonaba su cuerpo, si no fuera por que aquella persona le sostenía hubiera caído al piso.

¿Cuánto tiempo llevaba así? ¿No despertaría?

Sus ojos estaban cerrados, pero el dolor de cabeza era inmenso, sin embargo el olor que emanaba del "lugar" donde se encontraba era ¿Familiar? Casi podía jurar que era la casa de aquel muchacho que visitaba seguido desde más de medio año, aquel que de su dulce sonrisa se había enamorado pero incluso de sus encantos.

Intento observar en aquella obscura habitación, pero nada, no había algo que se pudiera distinguir en aquel sombrío lugar.

Sus ojos se cerraron de golpe, una puerta había dado toda la luz de aquel día, haciendo que sus ojos se irritaran al contacto, parpadeo un par de veces, ahora había una luz blanca, ya reconocía aquella sala de juegos, efectivamente estaba en casa de Youngjae

-Me había asustado, vamos, termina tu broma y vamos a comer ¿si? -Sonrió como siempre, sincero, avergonzado, enamorado, pero ¿que sucedía? El rostro de Youngjae estaba serio

-Cállate, estoy tratando de pensar

-¿Yoo? Deja de decir tonterías

-Maldición, DaeHyun cierra la boca, ¿Qué no entiendes?

-Al parecer no, ¿Es esto una broma de mal gusto? Digo raptarme, atarme a una silla ¿que es este juego?

-No es un juego, no verás a nadie mas que no sea yo, no estarás hablando con alguien, ni esas bellas sonrisas que me vuelven loco por ti, tu dulce voz sólo debe decir mi nombre, tus ojos, solo deben verme a mi, llorar por mi; te amo DaeHyun.

Going Crazy [DaeJae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora